El urbanismo existente de Guatemala es desigual e insostenible, no funciona, por lo que aprovechemos este punto de inflexión para transformarlo. Entendamos que el escenario covid-19 puede suponer una gran oportunidad para reconstruir ciudades y territorios más resilientes; es decir, con capacidad para adaptarse levemente, con resultados positivos, frente a situaciones adversas, responsables y equilibrados. Será un gran reto acabar con las distintas vulnerabilidades —urbanas, residenciales y socioeconómicas—, así como otros problemas sistémicos, que significan afectar al cuerpo entero, en lugar de solo un órgano.

Estaremos así hasta que no se encuentre una vacuna. “Una bala de plata” efectiva contra el coronavirus Sars-CoV-2”, expresó el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y aseguró que puede que nunca haya una solución certera contra el covid-19”. Solo medidas de higiene, el uso de mascarillas y el distanciamiento físico seguirán siendo efectivos para frenar el ritmo de contagios hasta niveles de relativa seguridad. Además de seguir encerrados.

Urbanísticamente, se deberán ampliar las aceras, para facilitar la distancia de seguridad y minimizar los contagios. Debemos plantear transformaciones urbanas que permitan aumentar la biodiversidad y la integración de la naturaleza, algo que había planteado con anterioridad, por lo que hay que ser más flexibles con los espacios multifuncionales adaptables a las circunstancias y necesidades actuales urbanas cambiantes de los espacios urbanos.

Tenemos el caso del transporte público y supermercados, en que habrá más contactos graves por el covid-19, pues solo se concentran en desinfectar los vehículos, el súper y a las personas que hacen uso de ello, sin tomar en cuenta el despliegue de personas que van a estos sitios fijos. Solo más de 15 mil pasajeros participaron en el ensayo de funcionamiento del Transmetro. El epidemiólogo del Observatorio Pandemia Covid-19 José Ortiz coincide en que las pruebas en este servicio de transporte son un riesgo, debido a los casos positivos asintomáticos, en lo cual, además de la contaminación con el despliegue externo de personas, ve con escepticismo la reanudación del servicio de transporte público cuando el país está sufriendo aún un alto número de contagios y muertes diarias por covid-19.

Epidemiólogos tienen algunas dudas de cómo se está aplicando el semáforo de alertas en nuestro país y su principal recomendación es ser prudente cuando se habla de usar el transporte público. El problema urbano del covid-19 es integral, por eso siguen existiendo las llamadas a quedarse en casa y buscar sistemas de transporte más liberales y la alimentación por entregas a domicilio en algunos casos. En el sector de la economía informal será individual.

Un reto será activar y mejorar los espacios públicos, las densidades y facilitar que las ciudades puedan estar mejor preparadas para afrontar con garantías los retos urbanos actuales, al tiempo que puedan ser más competitivas en el nuevo período, donde se identificarán necesidades y propuestas de la población y se elaborará un diagnóstico que recoja las problemáticas y potencialidades del espacio público. El Plan combinará aspectos técnicos del análisis y diseño urbano. La calidad del aire debe ser tomada en cuenta como medida de prevención para las epidemias, y debemos apoyar todas las acciones que se realicen. La contaminación es el el cuarto factor de riesgo de mortalidad en todo el mundo.