A pesar de que existe una estructura legal constitucional como el área metropolitana y los Consejos de Desarrollo, no hay políticas de consenso entre los municipios y la región central. Tampoco hay un sistema estructurado en dotación de servicios públicos como agua, drenajes, movilidad, equipamiento de vivienda y economía urbana, que tenga en cuenta criterios territoriales en que se establezcan un reparto equitativo de la tierra, que lleve a una descentralización metropolitana adecuada. Así, tenemos un crecimiento de alta densidad con edificios en altura, pero sobre una antigua organización territorial colonial de baja densidad.

Algo que no ha tomado en cuenta el nuevo gobierno, a pesar de que existe una obligación constitucional, según el artículo 119, sección 10ª, sobre la administración de las regiones del país. El presidente electo, Alejandro Giammatei, está tan preocupado con los problemas de la transición, que no puede darse cuenta como la región central está íntimamente ligada con el subdesarrollo del resto del país, como sus problemas culturales económicos y raciales.

Además, sin planes regionales de desarrollo, seguiremos teniendo migraciones hacia el área metropolitana. Y con las políticas de Donald Trump, podríamos tener migrantes de El Salvador y Honduras, desde Estados Unidos. Al fin y al cabo todo sigue igual. Como que lo político no cuadra con lo técnico o lo técnico desconoce lo político.

El municipio de Guatemala representa la economía de aglomeración más importante del país, donde se producen altas tasas de inversión de toda índole generado por la inmigración regional, que puede agravarse con la designación de un país seguro, que están en discusión sus términos. “Todo nace de la Convención de Ginebra de 1951, que originalmente sirvió para atender a los refugiados de la Europa de la posguerra, luego ampliado por el Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados de 1967 a otras circunstancias. Ambos instrumentos fueron ratificados por Guatemala en 1983”.

El problema vial existente de transporte es una variable importante en la organización espacial vital en el modelo urbano metropolitano. El sistema de transporte colectivo, como el Transmetro y sus puntos de trasbordo, no transnodales, deben responder a planes y proyectos que tomen en cuenta varios aspectos como otros sistemas de transporte, vías, densidades, rangos socioeconómicos de los hogares, los sin capacidad de pago y sin tiempo fijo en el área metropolitana.

El municipio de Guatemala es una fuente principal de atracción de viajes dentro del área metropolitana, que debe resolver la distribución de partición nodal y la asignación de los viajes a las diferentes redes de transporte colectivo e individual. Debe tomarse en consideración las interacciones entre los modos de transporte que utilizan las personas en una infraestructura común y pensar en otras. El transporte individual por su beneficio de ir de puerta a puerta no debe obviarse. Y Giammattei, así al ojo, le pide al presidente en funciones “que se trasladen Q20 millones a la Municipalidad de Guatemala, para habilitar la línea férrea”.

Ante la crisis migratoria y las políticas de Trump, México lanza el plan “Jóvenes construyendo el futuro”, un programa que busca que miles de jóvenes entre 18 y 29 años del Triángulo Norte, puedan capacitarse. “El gobierno de México otorgará una beca mensual de 3,600 pesos para que se capaciten durante un año. En el caso de Guatemala, le propondrán a Gimmattei: Malacatán, Guatemala, Tacaná, Coatepeque y Huehuetenango, y se inicia el 14 de enero del 2020, para implementar dos programas de desarrollo”.