Inicio esta columna recordando a un profesional excelente. Corrían los años 60 cuando, terminando mis estudios de Arquitectura, me encontré en el Infom a mi director de Urbanismo, el Arq. Federico Fahsen, con quien hicimos planes urbanos en muchas poblaciones. El más importante fue el Plan Regulador de la Antigua Guatemala. También fue miembro de la terna examinadora con la que adquirí mi título de arquitecto. Envío a Marta Regina, su esposa, mi más profundo pésame.

Discutiendo entre compañeros, en la Facultad de Arquitectura, que recién se había formado, sobre los movimientos de marzo y abril de 1962, cuando jóvenes del Instituto Nacional Central para Varones, situado cerca de la Facultad de Derecho, se organizaron bajo un frente estudiantil llamado Fuego, nosotros veíamos el corre corre de los patojos por la ciudad con la Judicial detrás, y comentábamos que cómo se parecían a las hormigas de la película Cuando ruge la marabunta.

El término fue pronto adoptado por los miembros de las pandillas callejeras latinas esparcidas a través del sur de California, sintetizando en simplemente “mara”, pues “trucha” era un término mexicano de “inteligente”. En Guatemala los movimientos de jóvenes violentos provienen de los procesos de tugurización de la ciudad desde los años 50.

Las Pandillas se originaron en el sistema carcelario de California meridional y comenzaron a abrir su camino a través de los barrios hispanos. Se identificaban con el color azul, el cual proviene de las prisiones que ofrecían solo dos colores estándar: rojo y azul. Sus tradicionales enemigos eran los norteños, contra los cuales han estado en guerra desde el comienzo de las actividades delictivas de ambas pandillas.

El término marabunta fue usado por primera vez durante la década de 1960, como resultado de las hostilidades que habían estallado en prisión entre la “Mafia Mexicana” (La Eme) y “Nuestra Familia (NF)”.
A medida que algunos miembros de la Eme volvían a las calles en libertad condicional les era encomendada la tarea de crear nuevas células pandilleras, con el objetivo de facilitar las actividades delictivas.

Además, miembros de la pandilla beneficiados con la benigna medida les suelen recordar permanentemente a más jóvenes que la guerra entre sureños y norteños tiene lugar tanto en prisión como en las calles.

Los miembros mayores les indicaban a los menores que cuando ingresaran a prisión deberían aislarse de los detenidos, lo que refuerza los vínculos de pertenencia a las distintas pandillas enfrentadas.
En Guatemala, el primer antecedente del cual se tiene conocimiento de la organización de pandillas se da en los años 1980.

Las primeras organizaciones de las que se tiene información, tanto policial como de los medios de comunicación, eran la de “marabunta” o simplemente “mara”, proveniente de la película.

El Salvador, un pequeño país en el istmo centroamericano, ha sido azotado por una implacable guerra entre pandillas: las maras Salvatrucha 13 y Barrio 18, que son de una violencia excepcionalmente intensa y persistente, y que se enfrentan tanto entre sí como contra la policía y el Estado.