El gobierno ha malgastado la estabilidad macroeconómica, por regirse con miras inmediatistas y para sustentar políticas clientelares. No obstante, la buena suerte no ha abandonado las finanzas públicas, continúa un alza sostenida de las remesas familiares, mejoraron los precios de los productos agrícolas de exportación y los procesos de modernización de la SAT ofrecieron apoyo en la recaudación.

Las remesas no se vieron afectadas por la pandemia, al contrario, tuvieron un salto de 34.8% del 2020 al 2021. Los emigrados ante las noticias que recibían, incrementaron su esfuerzo. Un ejemplo de solidaridad familiar basada en el esfuerzo y el trabajo continuado, pues del 2021 al 2022 el incremento fue de 7.2% similar al que se ha mantenido por más una década.

Continuará el fracaso de la vicepresidenta Kamala Harris, después de haber prometido mejorar la gobernanza de la corriente migratoria. Los tratantes o coyotes continúan su negocio ilícito, en alianza con funcionarios corruptos. No hay una cuota anual donde se considere el ingreso regular a los EUA de personas no calificadas de las nacionalidades centroamericanas. Tampoco apoyo a la generación de empleo local para disuadir a quienes desean viajar irregularmente. Las críticas a la administración de Donald Trump han quedado en el pasado, pues se mantiene el ritmo de las deportaciones. Este año retornaron al país más de 68 mil connacionales, cinco mil más en comparación al año pasado.

No se aprovecha que los productos agrícolas de exportación observan aumentos, en parte por la subida de precios en los países importadores y también influenciados por la guerra de Ucrania. Se informó que las exportaciones del mes de agosto, superaron en un 22.6% el monto registrado en el mismo mes, un año antes. Del 1 de octubre 2021 al 30 de septiembre 2022, se exportaron 4.33 millones de quintales de café oro equivalentes a US$1,136.175,862, según Anacafé. En general, la mayor parte de productos agrícolas se ha incrementado. En el año 2021 una cifra récord de más de US$650 millones en exportaciones de aceite de palma, un incremento de la exportación en 40%, según Grepalma.

En lugar de administrar la solidez económica, el gobierno gasta en funcionamiento más de Q75 mil millones (70%); inversión, cerca de Q18 mil millones (16%); y deuda pública, Q15 mil millones (13%). El rediseño institucional se agota en un superministerio. Un tema importante: la energía, carece de un plan de desarrollo. Apenas se tiene un exiguo plan para el sector eléctrico. Abandonado a la improvisación el transporte eléctrico y el apoyo a las iniciativas de generación. El país pareciera ser un país mediterráneo sin salida al mar. No se considera para nada, el tema. Son cooperativas de pescadores artesanales que faenan de madrugada, la única iniciativa nacional. Obvio, también abandonadas a su suerte, sin ninguna consideración del gobierno.

Algunos indican poner atención a salud, educación y seguridad. El Ministerio de salud rebosa incuria. La educación fue afectada gravemente por la pandemia. Antes, era deficiente; ahora es una farsa de graduaciones y grados, donde lo menos importante es la base mínima científica y cultural. La universidad pública permanece cerrada. La reivindicación de promover otras instituciones de educación superior, expresado en los Acuerdos de Paz, no se considera.

En fin, estamos en un tobogán donde la pendiente acelera la caída. ¡A levantar los brazos! y como en los lugares de diversión, lancemos una exclamación donde diga: ¡elijamos a cualquiera! Es el vértigo generado por el abandono de responsabilidad.