Los países del triángulo norte de Centroamérica han vuelto a ser noticia en las últimas semanas en los Estados Unidos, por el aumento de migrantes que están llegando. Más de 171,000 personas fueron aprehendidas en la frontera durante el mes de marzo, según lo reportó el centro de información de la oficina de aduanas y protección fronteriza de los Estados Unidos. Esta ha sido la mayor cifra reportada en un solo mes durante los últimos 15 años, según se dio a conocer, y el arribo de menores no acompañados también roza números no vistos.

Y no es para menos, la falta de certeza jurídica hacia la inversión, aunado a los duros efectos de la pandemia del covid-19, así como los daños devastadores de las tormentas tropicales que azotaron a los países centroamericanos durante el año pasado, han repercutido en un aumento importante de personas buscando mejores oportunidades en los Estados Unidos.

Como resultado, el gobierno del presidente Biden ha nombrado a la vicepresidente Kamala Harris como encargada de la gestión de la crisis migratoria en la frontera con México. Ante esto, vale la pena subrayar que ha tenido ya varias reuniones con Ricardo Zúñiga, quien fue nombrado enviado especial para el Triángulo Norte, así como una llamada con el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, la semana pasada, en la cual reafirmó el compromiso de la administración del presidente Biden de trabajar juntos y expandir las alianzas para beneficiar a la población de la región.

Viendo lo que está pasando en Honduras con el presidente Hernández y la sentencia por narcotráfico contra su hermano, así como la actitud que ha tomado el presidente Bukele, de El Salvador, quien en poco tiempo ha demostrado ser otro dictador más de América Latina, sin duda Guatemala puede ser un excelente aliado para los Estados Unidos en una de las tareas más difíciles de reducir la migración.

Como primer punto, es importante aclarar que Guatemala podría aumentar su crecimiento económico y generar mayores oportunidades, si lograra que gran parte de su población fuera vacunada. El Gobierno de los Estados Unidos está en una posición privilegiada en estos momentos para apoyar al pueblo de Guatemala y donar vacunas contra el covid-19, que ayude a que la mayor cantidad de personas de escasos recursos tenga acceso más inmediato a la vacuna.

El proyecto Guatemala No se Detiene, un esfuerzo público-privado para acelerar la inversión, ha identificado sectores estratégicos para generar una mayor cantidad de puestos de trabajo. Al mismo tiempo, se debe ir en contra de grupos del crimen organizado que se dedican al tráfico de personas. Estas acciones claramente requieren de un esfuerzo coordinado entre diferentes actores, donde el Gobierno de los Estados Unidos, trabajando de la mano con el Gobierno de Guatemala, puede apalancar recursos importantes del sector privado y la sociedad civil en aras de lograr resultados positivos, que no solo desincentiven de migrar, sino que fomenten más trabajos formales en el país.

El resultado puede ser no solo beneficioso para la población, sino de gran impulso a una serie de cambios institucionales que necesita nuestro país para avanzar hacia un desarrollo más sostenible.

Temas como la inversión en capital humano, más y mejor infraestructura o mayor certeza jurídica no pueden soslayarse, si queremos reducir la cantidad de personas que están migrando hacia el norte en búsqueda de un mejor futuro para ellos y sus familias. El momento es ahora de trabajar por un frente unido que permita más inversiones y empleos en el país.