Ayer se celebró a nivel internacional el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Comparativamente los países donde hay mayor libertad de prensa tienden a ser sociedades más tolerantes y promueven con mayor facilidad la inclusión y la prosperidad. Una sociedad informada es capaz de tomar mejores decisiones sobre su futuro, generando principios liberales republicanos que fomentan la libertad de expresión. En el caso de evaluaciones independientes para analizar la libertad de prensa en diferentes países del mundo, el barómetro Reporteros sin Fronteras publica cada año el índice de libertad de prensa.

El índice de libertad de prensa evalúa el pluralismo, independencia de los medios, calidad del marco legislativo y seguridad de los periodistas. La metodología incluye categorías e indicadores con un cuestionario donde expertos en cada país determinan su evaluación. Esto es realizado con base en varios indicadores que incluyen: la pluralidad en la que diferentes opiniones están representadas en los medios, la independencia, el ambiente de apertura a la crítica, el marco legislativo, la transparencia, la infraestructura que ayuda a la transmisión de noticias y el nivel de abusos sobre violencia a la prensa.

Los países con mayor libertad de prensa según el informe de la clasificación de libertad de prensa publicado en abril de este año son: Noruega, Finlandia y Dinamarca. Es importante llamar la atención de que, en América Latina, los países con mayor libertad de prensa son: Costa Rica (en la posición 7 de 180 países), Uruguay (19), Chile (51), República Dominicana (55) y Argentina (64).

Dentro del análisis se puede observar cómo la libertad de prensa en América Latina ha caído con situaciones muy graves en Venezuela, Brasil, Nicaragua y Cuba, donde se denota autoritarismo y censura hacia la libertad de prensa. La inestabilidad política, además, en Haití, Bolivia, Argentina y Ecuador ha generado un desafío enorme a la libertad de prensa, donde incluso hay ataques constantes a los medios de comunicación.

En el caso de Guatemala (en la posición 116 de 180 países), la corrupción y el crimen organizado limitan la capacidad de la prensa de informar de mejor manera. Incluso es grave cómo políticos de tinte autoritario en El Salvador y Honduras (evaluado como el peor país de América Latina) han ido en contra de varios periodistas recientemente, con ataques muy serios, queriendo limitar la libertad de expresión en sus países.

La apertura a la crítica y la libertad de expresión son valores fundamentales de cualquier sociedad democrática y características esenciales de cualquier sistema político. El acceso al poder conlleva la gran responsabilidad de estar siempre bajo el escrutinio de los medios de comunicación. En una era de desinformación constante, se vuelve más evidente que la crítica periodística no sustentada en hechos concretos será desechada por la población, que cada vez busca información con base en datos y análisis críticos, que contenga un criterio contrastado con diferentes opiniones y evidencia.

Hoy es un momento propicio para reconocer y agradecer a todos los periodistas, reporteros y equipo de soporte que están trabajando para mantenernos siempre informados, exponiendo muchas veces su vida y la de sus familias, con tal de investigar a fondo la verdad de los hechos. El trabajo de la prensa en nuestro país es fundamental para lograr que desde diferentes sectores sociales se puedan tomar decisiones, con base en información más apegada a la realidad.