Han pasado algunos años desde que escribí mi libro Aventura Extrema -una épica travesía al Polo Norte. Escribí sobre el declive de la Civilización Maya, que sucedió en el Clásico Temprano por el año 150
d. C. y otro nuevo colapso total en el siglo IX d. C., eventos paralelos al cambio climático de hoy. Con este libro comparto los errores del pasado con el fin de no repetir la historia con eventos climáticos catastróficos más pronunciados, y sequías parecidas a las que vivieron los mayas.

Los científicos piensan que hagamos lo que hagamos quizá ya sea demasiado tarde, pues la ventana de posibilidades se está cerrando. Los resultados que acarrea el cambio climático en todo el mundo incluyen hambruna, inestabilidad económica, migración, conflicto y un posible colapso del sistema económico general junto con una convulsión social por el agua. En mi opinión, siempre hay esperanza, pero debemos actuar de inmediato.

Los principales debates entre líderes mundiales no han prosperado como hubiésemos querido. Jefes de gobierno, alcaldes, senadores y algunos empresarios del norte siguen negando el cambio climático, cruzándose de brazos y no reconociendo que los impactos humanos han propiciado el fenómeno. Por todo ello, es hora que compartamos evidencias contundentes con diferentes actores, para que entren en acción para reducir el dióxido de carbono de la atmósfera, hagan proyectos de energía renovable, y se intensifique la reforestación.

Los nuevos impactos van más allá del cambio climático. Abarca la desestabilización que está deteriorando los ecosistemas de todo el mundo e induciendo a las personas a desplazarse en caravanas que huyen de las sequías y el hambre. Esto es muy similar a lo que sabemos del declive de la civilización maya, cuando después de experimentar hambrunas y terribles sequías, los mayas tuvieron que huir masivamente dejando sus casas, palacios, templos y pirámides completamente abandonados. ¿No nos recuerda las caravanas de Centroamericanos que hoy emigran a Estados Unidos por falta de oportunidades? El cambio climático les ha propiciado sequías y otros trastornos que dañan sus cultivos. Esto hace que sus ingresos se mermen, forzándoles a cruzar la frontera para buscar un mejor futuro.

Hoy en día necesitamos un cambio transformador serio, ya que estamos al borde del peor escenario de la historia. Al igual que los mayas, ahora estamos entrando en una nueva fase de rápido cambio ambiental debido a la actividad humana agregada y los estilos de vida que no hemos podido modificar a tiempo. Por lo tanto, tenemos que aprender de la historia para no repetir el colapso maya.

Cuando firmamos el Tratado de París, nos alegramos que la mayoría de los líderes mundiales finalmente habían entrado en razón. Sin embargo, la retirada de Estados Unidos de dicho Tratado me dejó pensando. Si  EE. UU. decidió que se retiraba por considerarlo un trato injusto debido a que otros países emergentes no invertían equitativamente en la adaptación al cambio climático, es como decir: “¡Oigan, familia, nuestra casa está ardiendo!, pero si ustedes no cumplen al igual que yo en apagar el fuego, dejaré que nuestra casa se queme por completo”.

Pronto se colocará la tercera edición de mi libro Aventura Extrema en las librerías de Estados Unidos. En Guatemala, todavía existen algunas copias en las librerías DeMuseo. No solo trata de la realidad del cambio climático, sino de una travesía singular, llena de aventura que viví en el centro del Polo Norte. Sintonice hoy Los Secretos Mejor Guardados, por Guatevisión a las 14.30 y 20.30, y mañana reprise a las 14.30 con Secretos Precolombinos.