Es impresionante el efecto dominó generado por la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) —una vez mecenas y financista de nuevas empresas nacidas en el Estado Dorado y más allá—, ahora cerrado por las autoridades federales. Esto es algo que se esperaba en el escenario financiero global, y ya está causando repercusiones, aunque el presidente Joe Biden fue al rescate de inmediato y trató de generar tranquilidad a usuarios e inversionistas para garantizar la devolución de los fondos.

Lo ocurrido en California es la mayor quiebra bancaria desde la crisis financiera de 2008. Este banco ocupa el decimosexto lugar en EE. UU. por capitalización, y su quiebra ha desencadenado de nuevo el fantasma de una fuerte crisis financiera. El crecimiento de este banco había sido exponencial, convirtiéndose en un punto de referencia para los principales centros financieros del mundo.

Cuando los clientes temen por la seguridad de su dinero y todos intentan retirarlo al mismo tiempo, es cuando ocurre el pánico bancario, y eso fue lo que sucedió en el Silicon Valley Bank y lo llevó a la segunda mayor quiebra bancaria en la historia de Estados Unidos. Y luego, a pocos días, llega la crisis de Credit Suisse, provocando un nuevo brote de pánico en este sector.

Las crisis financieras generalmente afectan al sector bancario, ya que estas entidades son actores importantes en los mercados de capitales. Durante una corrida bancaria (o carrera a los mostradores), una fracción significativa de los depositantes pretende retirar sus ahorros al mismo tiempo. Este fue uno de los factores que ocurrieron durante la crisis de 1929, lo que resultó en una serie de quiebras bancarias tanto en los Estados Unidos como en Europa. Cuando se corre la voz de que el banco se está quebrando, los clientes intentan retirar sus depósitos con la esperanza de obtener la mayor cantidad de dinero posible.

Lo que significa que, una percepción colectiva de pánico, que podría ser incluso no real o subjetiva, puede llegar a influir de tal manera en la realidad, que provoca una reacción en cadena, objetiva, y conducirnos a una crisis financiera, incluso global.

Por esto consideré importante consultarle a Katina Zedan, una experta en finanzas personales y mentora integral de la relación holística con el dinero, para ver qué consejos podría darnos en este momento.

Ella opina que en medio de la crisis siempre es necesario mantener la calma, no se precipite a tomar decisiones sin estudiar todas las opciones posibles. Cada quien debe ordenar sus finanzas (esto le dará más paz y claridad para saber dónde se encuentra ubicado). Haga un resumen que le permita visualizar cuánto tiene y dónde está, para tener un claro panorama que le permita proyectar al futuro. No se deje llevar por rumores; escúchelos, sí, pero verifique en fuentes fidedignas.

Diversifique sus recursos (no tenga todo en un mismo lugar, los altos y bajos siempre van a existir, pero distribuir sus activos le ayudará a sentir más tranquilidad). Utilice herramientas para mantener la calma (la parte emocional y mental es igual de importante que la parte administrativa. Cuando hablamos de dinero no subestime el poder de su mente para ver posibilidades, oportunidades en medio de cualquier crisis).

Es necesario que ante estos tiempos difíciles que se avizoran, donde seguramente habrá cambios que generarán una fuerte crisis económica, es vital prepararse rastreando acciones en tiempo real para poder manejar cualquier contingencia económica que se presente. Pensar a largo plazo, estructurar negocios y demandas del futuro, además de las condiciones del mercado actual.