Acostumbrada a estar viajando por todo el país y fuera de él para la filmación de mis programas de televisión, es natural que en este confinamiento me sienta como un pajarillo enjaulado. Pero a pesar de la frustración que todos sentimos, muchos reconocemos que la vida es primero.

Sin embargo, con lo creativos que somos los guatemaltecos, ya vemos a muchas personas inventar formas de vender sus productos en línea o repartirlos a domicilio. A pesar de ello, hay muchísimas más personas que aún se encuentran pasando penas. No obstante todos, sin excepción, estamos minuto a minuto esperando que la pesadilla acabe para que volvamos a la normalidad del trabajo.

Sea cual fuere la razón por la que surgió el coronavirus, es maravilloso ver cómo la madre naturaleza se está restaurando. Es curioso ver que las emisiones de dióxido de carbono han bajado diariamente en un 17 por ciento de forma global durante la pandemia, mientras que la humanidad se enfrenta al virus más letal que jamás haya vivido.

¿Qué nos dice esto? Este virus ha forzado a países enteros a cerrar sus fronteras y comercios, y para quienes refutaban las aseveraciones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), de que nosotros los seres humanos éramos, en gran parte, los responsables de la distorsión del clima, hoy se han tenido que quedar callados. En otras palabras, el aumento del combustible fósil alrededor del mundo está disminuyendo por el confinamiento. La baja de las emisiones tan abrupta como la que se está dando no se había visto desde la Segunda Guerra Mundial.

Ahora la negación de algunos líderes mundiales y políticos hacia la ciencia y toda controversia sobre las razones del calentamiento global se han hecho añicos. Vemos con nuestros propios ojos ríos y lagos más cristalinos, aire más puro, peces más abundantes y muchos animales que creímos que estaban extintos han salido a merodear, sintiéndose a salvo de los humanos que les cazaban.

Más claro no canta el gallo. Con nuestros comportamientos, con la manipulación de la naturaleza, con nuestros excesos y nefastos estilos de vida, ahora podemos corroborar que sí estamos afectando la salud del planeta. Recordemos que cuando estamos alterando las condiciones de vida, los virus existentes cambian su ambiente, mutan velozmente y es cuando se deben adaptar a nuevas condiciones, y buscan nuevas víctimas. ¡Nosotros! Por ende, debemos comprender que la naturaleza y la salud están estrechamente conectadas. Si no cuidamos una, la otra se resiente y nos ataca.

Según el investigador científico farmacéutico Héctor Paredes, de Pharmalat, el problema viral es como el cruce de razas humanas, donde surge la mutación y pasa lo mismo que con los virus. Se van cruzando los virus y al pasar esto algunos salen más potentes y otros más débiles. Lo insólito es que con el coronavirus se han cruzado cuatro tipos de virus, y eso es totalmente inusual. Paredes no concibe que el covid-19 se haya dado de forma natural. Piensa que es casi seguro que salió de un laboratorio donde se hacían pruebas.

Aunque quizás no pretendían hacer daño a nadie, Paredes especula que a estas personas se les pudo haber salido de las manos su experimento. No obstante, con remedios más baratos y menos complicados, tipo caseros, Paredes asegura que el coronavirus puede ser controlado y eliminado. Por ello pone a la disposición su PBX 6628-1100 y menciona que con gusto Pharmalat apoyará a quienes quieran aprender cómo fabricar una medicina casera, barata y efectiva. Hoy hacemos un homenaje a Italia en memoria de sus fallecidos. Guatevisión 2.30 y 10 pm.