Existen tres elementos importantes para que los procesos de elección que estamos viviendo, como el de elección de jefe y titular del Ministerio Público, puedan ser satisfactorios.

El primero de ellos tiene que ver con la legalidad del mismo. Las personas que dirigen y están al frente de una institución tienen un tiempo límite para ocupar dicho puesto, esto porque en el diseño de un Estado moderno se busca que exista alternabilidad en el poder público como mecanismo de límite y control al mismo. Es por ello que cada cierto tiempo se realizan procesos de elección. Ahora bien, una primera parte es que se cumpla con el proceso de elección y la otra importante es cómo se lleva a cabo.

Lo más básico en los procesos de elección constitucional es que se cumpla con las normas y regulación que están aprobadas en la Constitución y leyes que rigen al momento en el que estos se efectúan. También es importante que los órganos encargados de resolver impugnaciones y acciones que puedan existir durante los procesos lo realicen de una forma objetiva y responsable respetando la Constitución, para que no existan manipulaciones ni maniobras que resulten en alteraciones al proceso.

El segundo elemento importante al cual debemos tener atención en estos procesos de elección es la evaluación objetiva y justa. La elección de fiscal general está determinada por una calificación y preselección que realiza un grupo de abogados en la llamada “comisión de postulación”. El punto clave a prestar atención en este aspecto es que los instrumentos de evaluación —los requisitos que deben presentar los postulantes— sean evaluados de una forma objetiva acorde a la necesidad de la institución.

La evaluación también va acompañada por el proceso de selección, ya que una vez evaluados y calificados los aspirantes se procede a seleccionar a aquellos (6) que a opinión de los comisionados puedan realizar un mejor trabajo dirigiendo el Ministerio Público. Luego de que la comisión elige a la nómina de 6, el presidente elige dentro de esas opciones.

El tercer elemento importante para un buen proceso de elección es el punto más importante del mismo, y es: la calidad de los postulantes. La capacidad, experiencia y visión de las personas que se presenten al proceso es fundamental. En el proceso se debe seleccionar dentro de las personas que participen en este. De momento, que del 11 al 21 de febrero veremos quiénes son las personas con la intención de participar en este proceso.

Como ciudadanía, debemos estar atentos a estos elementos, ya que en los procesos de elección constitucional hay quienes tienen algún interés directo y pretenden un resultado de beneficio particular. También hay quienes promueven estos procesos de forma alarmista como la “última oportunidad” de los cuales en los últimos años siempre se escuchan esas “últimas oportunidades”. Este proceso de elección es una oportunidad más para la construcción del estado de Derecho y alcanzar un Estado moderno: republicano y democrático. Para que sea una experiencia satisfactoria en ese sentido, hay que ponerle atención al cumplimiento de estos elementos: cumplimiento de las reglas del proceso, evaluaciones objetivas y calidad en los aspirantes a los puestos.

Independientemente del resultado final del proceso, debemos exigir y trabajar para que se construya y fortalezca la institucionalidad del Ministerio Público, que es entidad fundamental en la administración de la justicia y la cultura de legalidad en el país.