EDITORIAL

Antigua con futuro

La consigna es una: conservar Antigua Guatemala es misión de todos.

Las recientes medidas municipales de prohibición al tránsito de vehículos externos hacia Antigua Guatemala durante los domingos de Cuaresma apuntan en la dirección correcta, pero no integral, respecto de lo que se necesita hacer en la ciudad colonial. Es patrimonio de la humanidad desde 1979, pero esta categoría está bajo constante amenaza debido a la presión urbanizadora en los alrededores y en ocasiones dentro del polígono de conservación.

El desafío antigüeño es que se trata de una comunidad viva, aunque cada vez menos en propiedad de guatemaltecos originarios. El auge de precios inmobiliarios y la proliferación de franquicias comerciales son indicadores de éxito económico, gracias al turismo nacional y extranjero, pero a la vez constituyen una espada de Damocles sobre las rutas de conservación y restauración de conjuntos monumentales. La hipnotizante belleza del tercer asentamiento de la capital de Guatemala constituye a su vez una tentación para impulsar las malas imitaciones o versiones distorsionadas del estilo “antigüeño”.

El Consejo Nacional para la Protección de la Antigua Guatemala tiene la importante misión de mantener la integridad del concepto histórico y colonial. No han sido pocas las ocasiones en las cuales ha habido integrantes con graves conflictos de interés, sean alcaldes o delegados de las entidades que lo forman. En el 2022, por ejemplo, se negó oficialmente la concesión de permiso para una megaiglesia en las afueras del casco urbano, pero dentro del perímetro de conservación. Fueron las denuncias populares y las contradicciones de las anteriores autoridades y voceros ediles las que frenaron dicho proyecto, totalmente ajeno al estilo colonial. Algunos proyectos, de aspecto cuestionable, han logrado pasar el escrutinio de las entidades reguladoras, lo cual no reduce un ápice el notorio contraste.

En todo caso, el intento de favorecer la vocación peatonal o impulsar medios alternos de transporte, como la bicicleta, pueden marcar nuevas sendas de desarrollo urbano, comercial y comunitario. La consigna es una: conservar Antigua Guatemala es misión de todos.

Es necesario divulgar, por todos los medios tecnológicos posibles, la ubicación y aforo de los parqueos externos. La comuna difunde algunos mapas bidimensionales, pero existen sitios con mapas digitales integrables a Waze o Google, que podrían facilitar más el acceso y prevenir atascos como los ocurridos el domingo último. Los cortejos procesionales atraen a devotos, turistas y comerciantes, por lo cual deben divulgarse protocolos de circulación de manera oportuna. Más allá de los días de fervor, este núcleo de conservación mantiene su popularidad como destino. Es, de hecho, el sitio turístico más visitado del país. Por ello es urgente revertir chambonadas como las emprendidas por la anterior administración municipal al reparar las antañonas calles empedradas utilizando cemento, en vez del método tradicional con arena y tierra. Es posible ver los horribles parches causados por mano de obra sin capacitar. Y si el aspecto físico es importante, no menos crucial es el monitoreo de la vida nocturna, que a altas horas parece transcurrir en tierra de nadie, con lamentables espectáculos.

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