EDITORIAL

La razón de hacer encuestas electorales

Invariablemente, cada Encuesta Libre desarrollada a lo largo del presente y de pasados períodos electorales ha generado reacciones encontradas. Es totalmente comprensible que los candidatos con una intención de voto mayor reflejada en la medición de un momento determinado se sientan conformes y que aquellos a quienes los resultados son adversos cuestionen las cifras, el método e incluso lancen ataques contra este medio. Así ha ocurrido en anteriores procesos y se puede esperar que el actual estudio de opinión no sea la excepción.

En todo caso, es momento de reiterar el compromiso de Prensa Libre y Guatevisión con los ciudadanos guatemaltecos, con los valores democráticos y la libertad de expresión. La necesidad ciudadana de contar con información veraz en el momento más próximo legalmente posible a la cita con las urnas es la principal razón para presentar esta medición electoral, que no se limita solo a intención de voto de los presidenciables, sino que analiza otros factores, como la opinión sobre los candidatos, el antivoto, la actitud ante los desafíos nacionales y, en esta ocasión, como parte de la coyuntura nacional, se midió la opinión sobre el acuerdo de tercer país seguro que el Ejecutivo saliente busca legitimar sin pasar por el Congreso y cuyos efectos heredará el siguiente gobierno, quede quien quede.

El estudio hecho por la firma ProDatos, por encargo de Prensa Libre y Guatevisión, se desarrolla con el máximo rigor estadístico, con técnicas de recopilación de datos basadas en la distribución geográfica, etaria y socioeconómica del padrón electoral, mediante un modelo aleatorio que sortea puntos de medición mediante criterio matemático y desarrolla las entrevistas en los lugares marcados por el diseño muestral, sin importar distancia o dificultades de acceso.

La Encuesta Libre no es una predicción, no es un vaticinio, sino un retrato estadístico del momento político que vive el país al registrarse los datos. Toda encuesta es una herramienta de análisis social acerca de opiniones, actitudes, preferencias o rechazo sobre un tema determinado. Esta es la última de las tres mediciones efectuadas en el presente proceso electoral, cada una de las cuales exhibe las percepciones y tendencias ciudadanas sobre candidatos, como una fotografía numérica del momento. Existen factores que pueden hacer cambiar una tendencia, pero ello no forma parte del estudio, pues ello queda a cargo de los estrategas de los partidos en contienda y de los análisis posteriores a las elecciones.

Los electores tienen la decisión libre final. Pero hay algo que debe remarcarse: quien sea la persona que los ciudadanos guatemaltecos elijan para ocupar la Presidencia de la República por los próximos cuatro años debe tomar en cuenta que el país continúa todavía en una difícil transición, sobre todo por los desatinos del gobierno feneciente. Además, gracias a encuestas anteriores se puede saber que la generación de empleo y de mejores perspectivas de desarrollo económico y humano figuran en el primer interés de los guatemaltecos, quienes a causa de las deficiencias, imprudencias y abusos de políticos han ido perdiendo el optimismo de otros tiempos. En otras palabras, esta segunda vuelta se definirá en relación con esas preocupaciones y necesidades. Resulta imperativo que sean atendidas responsablemente, para no repetir el lamentable espectáculo de improvisación que convirtió las altas expectativas del 2015 en la más alta cifra de descrédito en el 2019.

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