Editorial

Promisorias estrategias y acciones de inversión

En esta feria se busca consolidar inversiones y contratos hasta por US$500 millones.

Solo hay un camino viable para revertir el desempleo. Solo existe una ruta para incrementar las oportunidades económicas para el talento humano guatemalteco: la generación de empleo a través de la inversión nacional y extranjera.  En los dos ámbitos hay grandes esfuerzos de empresas, pequeñas, medianas y grandes, por expandir sus alcances productivos, encontrar nuevos segmentos de mercado y también oportunidades de exportación y diversificación.

El inicio de la construcción de una nueva megatienda Walmart en el área de El Naranjo, Mixco, constituye el arranque de una inversión de US$700 millones prevista para el próximo lustro por ese gigante del comercio. La significancia del acto fue el encuentro de autoridades del Organismo Ejecutivo, encabezadas por el presidente Bernardo Arévalo y la ministra de Economía, con personeros de dicha compañía y la presencia del embajador de Estados Unidos como testigo de honor, en el marco del Llamado a la Acción del presidente de EE. UU., Joe Biden, para impulsar el crecimiento económico con el fin de reducir la migración.

 Así también, esta semana ha tenido lugar la 31 edición del Apparel Sourcing Show, la exposición anual del sector de textiles y vestuario, con una impresionante exhibición de innovaciones en tecnología, diseño y estrategias para atraer inversiones. Ciertamente, después de la pandemia, la recuperación de las exportaciones ha sido lenta y complicada. No obstante, la tendencia del nearshoring, mediante la cual se buscan proveedores de calidad más próximos al mercado estadounidense, favorece a Guatemala, por su posición geoestratégica y, sobre todo, por su alta calidad.  En esta feria se busca consolidar inversiones y contratos hasta por US$500 millones.

Suele repetirse y demostrarse que el Estado como tal no produce riqueza, pero en la responsabilidad de las autoridades está crear las condiciones de estabilidad, seguridad ciudadana, certeza jurídica, negociaciones internacionales, libre competencia y estímulos fiscales para posibilitar el crecimiento de las empresas de todo tamaño. Es allí donde entra en juego el marco de legalidad e institucionalidad, que a menudo se ve amenazado por la corrupción, favoritismos, tráfico de favores o parsimonias burocráticas que a menudo entorpecen el asentamiento de inversiones a largo plazo.

Por eso resulta importante la discusión madura, serena y técnica sobre la iniciativa de ley de competencia, una norma que lleva más de dos décadas relegada. Guatemala es incluso caso de estudio en organismos internacionales de comercio y productividad porque es de los pocos países en el mundo que no cuentan con una  normativa al respecto. No se trata de avalar una  ley a la carrera o con vicios que luego la hagan inviable, pero sí de crear un instrumento que transmita confianza en el inversionista.

Finalmente,   existe otra deuda estatal que no es fácil de subsanar, pero tampoco es imposible: la mejora progresiva e irreversible del sistema educativo, a fin de promover capacidades y habilidades entre los jóvenes para facilitar su inserción y crecimiento en el entorno laboral. Los institutos técnicos necesitan una reinvención total que incluya equipamiento tecnológico de punta, con docentes idóneos e incluso planes de capacitación elaborados con ayuda de países amigos. El Gobierno también puede impulsar la inclusión productiva de las mujeres, sobre todo indígenas y de áreas rurales, que a menudo son cabezas de hogar y tienen la convicción de salir adelante. Esa integralidad también hace al país atractivo para la inversión.

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