IDEAS

El botín que todos tendremos que pagar

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El presupuesto que fue aprobado esta semana es un botín que se repartieron entre los que viven de los impuestos y que no tienen el menor empacho en ponernos una pesada carga a todos los que los mantenemos con los impuestos que nos quitan por ser productivos. Toda la discusión se centró en cómo se lo van a repartir, sin ningún miramiento de los graves efectos que tendrá sobre la economía y sobre el futuro de todos los guatemaltecos. Y seguirá siendo así, todos los años, mientras quienes tenemos que pagar todos los abusos de los vividores, lo consintamos.

La discusión alrededor del presupuesto refleja el verdadero problema de fondo, que al final no es más que una repartición del botín donde todos los involucrados quieren sacar una parte mayor para ellos, a expensas de todos los demás. Uno de los temas principales fue el de los sueldos, bonos y prebendas para la burocracia, sin que hasta la fecha se haya siquiera avanzado en el “censo burocrático”. Al final se pusieron de acuerdo en muchos de los cambios que fueron discutidos, pero la mayoría simplemente fueron para satisfacer a quienes más presionaron —al estilo del dicho “el que tiene más saliva traga más pinol”—. Se debe cambiar el sistema. Mientras el gobierno sea visto simplemente como un botín del cual vivir bien a expensas de los demás, nunca se resolverán los problemas de fondo.

Lamento que este presupuesto lleve al gobierno —realmente a los tributarios— a una situación de endeudamiento cada vez más grande, y cada vez más difícil de pagar. La cantaleta de que el gobierno de Guatemala tiene poca deuda y se puede seguir endeudando más todos los años es una farsa que se va a revertir en contra de todos los guatemaltecos. Pero eso es algo que, al parecer, a los políticos de turno les tiene sin cuidado.

Es un presupuesto irresponsable en dónde la relación entre el déficit y los ingresos fiscales oscila entre un 38 y un 45 por ciento, dependiendo de cuánto logre recaudar la SAT —la meta puesta en el presupuesto es completamente irreal y no se alcanzará—. Y todo ese déficit, que será de como Q25 mil millones, se añadirá a una deuda que ya rebasa los Q130 mil millones. Y es todavía más irresponsable porque no toma en cuenta otras deudas del gobierno, como por ejemplo la que le tiene al IGSS y algunas otras con las que fácilmente llegaría la deuda a más de Q200 mil millones, con lo que fácilmente la relación de la deuda contra los ingresos se eleva a por lo menos 3.3 veces, poniéndonos al borde del precipicio.

La conclusión es sencilla: el gobierno de Guatemala está altamente endeudado, lo que pasa es que muchas de estas deudas no se reflejan en los datos de deuda pública.

Y por si todo eso no fuera suficiente, hay que añadir la efectividad de dicho presupuesto. Al respecto, ayer el Centro de Estudios Económico Sociales, CEES, presentó un análisis sobre el destino del gasto público al que adecuadamente titularon: ¿Por qué incrementar el gasto público ineficiente y mal asignado? En él plantean que la Justicia y la Seguridad no son prioritarias en el presupuesto, que la mayor parte del presupuesto se va en sueldos y salarios —sin mayores logros en las funciones principales del Estado— y que muchos de los gastos se duplican en varias instituciones.

Por todo ello plantean que se deben eliminar todas las duplicaciones de funciones, con el objetivo de reducir gastos innecesarios, y reducir el nivel de endeudamiento a través de mantener un déficit fiscal en cero o positivo. Si quiere leer el análisis del CEES, lo encuentra en: http://bit.ly/presupuestocees

Fb/jjliber

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).