EDITORIAL

Es inconcebible la imprudencia oficial

El partido de Gobierno, FCN-Nación, pasa por sus horas más aciagas desde que el presidente echara a perder el guion y desatara la mayor crisis que evidenció la precariedad de su mandato, pero también porque cada vez que alguien rompe el silencio termina por complicar más la idoneidad de los gobernantes.

El pasado martes dio inicio en el Congreso una de las más impopulares interpelaciones de un ministro, con la citación al titular de Gobernación, Francisco Rivas, efectuada por el díscolo diputado Fernando Linares Beltranena, sin que el partido de Gobierno hiciera el menor intento por defender a uno de los representantes del presidente Jimmy Morales, con lo que, de paso, le pusieron una nueva mancha a la supuesta defensa de la institucionalidad.

El mayor desatino, después del bochorno presidencial, lo cometió ayer el vicepresidente Jafeth Cabrera, quien, en una actitud irresponsable, afirmó que quienes han migrado a Estados Unidos lo han hecho “porque han querido”, con lo que muestra una total ignorancia o, peor aún, una imposibilidad de valorar las verdaderas causas por las que miles de guatemaltecos deben tomar la dura decisión de abandonar el país.

Es probable que el funcionario haya querido restar importancia a las voces que desde Estados Unidos claman por el imperio de la justicia, sobre todo porque fue desde ese sector que el gobernante recibió mayores muestras de apoyo, tanto político como en significativos aportes dinerarios a su campaña.

Lo afirmado por Cabrera constituye un acto de suprema insensibilidad ante el drama que atraviesan miles de compatriotas que residen de manera irregular en Estados Unidos, quienes viven la permanente pesadilla de la deportación, agravada luego de la reciente decisión de Donald Trump de expulsar a casi 40 mil guatemaltecos que disponían de un permiso temporal por encontrarse dentro del grupo de los soñadores.

Durante muchos días, tanto el mandatario como el vicepresidente habían permanecido callados ante el peso del escándalo presidencial de declarar no grato a quien ha sido una pieza fundamental en la lucha contra la corrupción, pero lejos de buscar los mecanismos diplomáticos adecuados para lograr su objetivo, incurrió en un desatino sobre el cual se acrecientan las voces críticas, principalmente en el exterior.

Es penoso lo expresado por el vicepresidente porque es alguien que incluso llegó a ser la autoridad máxima de la mayor universidad de Centroamérica, porque denota un precario conocimiento de las condiciones prevalecientes en el país que motivan una constante salida de guatemaltecos en busca de un lugar donde puedan tener oportunidades más certeras para su desarrollo.

Esos desatinos llevan a comprender por qué el binomio presidencial rehúye hablar con los medios de comunicación, y por lo visto es mejor que así sea, pues son muchas sus imprudencias. Tampoco parece existir el criterio suficiente para evaluar la migración como uno de los más delicados problemas para cualquier administración, ya que el envío de remesas es uno de los aportes más significativos para proyecciones económicas y de crecimiento sin la más mínima intervención gubernamental.

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