La corrupción desmedida que caracteriza al actual gobierno amenaza con desestabilizar la aún frágil democracia guatemalteca y constituye uno de los obstáculos más preocupantes para la gobernabilidad del país.

Además de los costos económicos, financieros y sociales que este vicio implica, las consecuencias políticas son de enorme gravedad en la medida en que no solamente las prácticas de corrupción en el sector público son elementos perturbadores del buen funcionamiento del sistema político y económico, sino que pone en tela de juicio la credibilidad y la legitimidad de un gobierno que se enriquece ilícitamente con recursos destinados para el desarrollo, la educación, la salud y la seguridad del pueblo.

A pesar de que la actual clase gobernante ha dado abundantes muestras sobre su carencia de ética, el problema de la corrupción no se circunscribe únicamente a Guatemala.

Las prácticas de esta naturaleza han sido frecuentes en casi todos los países, independientemente de su régimen político-económico.

En la mayoría de las sociedades occidentales la corrupción pública está considerada en la última década como un grave problema socio-político que precisa de soluciones urgentes y eficaces.

Debido a la complejidad de la sociedad civil y política, la comprensión del fenómeno corrupción constituye una tarea difícil.

En Guatemala, como en el resto de Latinoamérica, se ha sostenido la tesis de la existencia de una cultura que favorece la corrupción, de tal manera que lo extraordinario sería la ausencia de gobernantes corruptos.

Esta aceptación cultural de la corrupción se comprende mejor de la forma siguiente: la diferencia entre la corrupción en Estados Unidos y Guatemala consiste en que en el país del Tío Sam la corrupción se da ?dentro? del sistema, mientras que en Guatemala la corrupción ?es? el sistema.

Por la complejidad del problema, para cuya mejor comprensión, alcance y solución deben considerarse numerosos aspectos; tales como, tipos de corrupción, dimensión y causas del fenómeno, consecuencias del mismo, formas de control, eficacia de la intervención penal y otros, es indispensable la elaboración de un marco teórico que facilite los aspectos mencionados y favorezca la adopción de medidas prácticas y satisfactorias.

Existe una abundante bibliografía acerca de lo que se entiende por corrupción, sin embargo, son notorias las dificultades para su estudio científico; estudio obligado dada la ignorancia existente sobre las causas estructurales, sus mecanismos y los intereses que la hacen posible, la transforman en necesaria y, peor aún, en racional.

Píldora de humor.

– Al terminar de examinar a la secretaria del diputado demandado por abuso sexual, el médico forense señala:

– Efectivamente, esta joven está embarazada. Además, el niño está mal colocado.

-¡Ajá! entonces, no es hijo mío, -exclama el diputado- porque si lo fuera estaría muy, pero muy bien colocado!