FaroNavidad
Nadie sabe a ciencia cierta la fecha del nacimiento de Jesús, ya que los primeros cristianos no escribieron nada al respecto pues esperaban el fin del mundo antes del término de esa generación.
Además, muchos de ellos habían conocido personalmente a Jesús, lo cual hacía innecesaria cualquier biografía histórica. En la antigüedad pagana se festejaba el 25 de diciembre el Nacimiento del Sol invicto, que coincidía con el solsticio de invierno. Se cree que el papa Julio I, en el año 336, ordenó a la comunidad cristiana conmemorar en esa fecha el nacimiento de Jesús.
Sabemos que la primera vez que se celebró la fiesta de Navidad fue en el año 354, gracias a la influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno, sin embargo, no fue una festividad oficial de la Iglesia porque para la época no acostumbraban a realizarlas. Ya para el año 385 era una celebración obligada en Jerusalén llamada Natividad, donde se realizaban procesiones hasta Belén, pero no fue sino hasta el año 440 que la Iglesia decidió oficialmente celebrar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, lo cual quedó definitivamente instituido en el año 529, cuando el emperador Justiniano declaró la fecha como día festivo.
La solemnidad de la Navidad nos trae recuerdos de ternura y bondad, suscitando cada vez nueva atención hacia los valores humanos fundamentales: la vida, la familia, la inocencia, la paz y la gratuidad. La celebración del nacimiento del Niño Dios es la fiesta de la familia que año tras año descubre nuevamente que está llamada a ser el santuario de la vida y del amor.
Además, es la fiesta de la paz, porque ?la paz verdadera nos viene del cielo?. Navidad es también la proclamación del linaje humano como una sola familia: ya no hay razas ni colores, ni credos ni opiniones incompatibles, porque todos somos hermanos ante este niño que nos hace hijos de Dios y nos desengaña de todo lo que no sea valores definitivos del amor.
Dios se ha hecho uno de nosotros, de nuestra familia. Nos ha nacido un niño. Es pariente nuestro. Nuestra familia se agranda, se ennoblece, y ello nos hace mirar de nuevo a nuestra familia para hacernos más conscientes de ese don gratuito que hay que acoger y cultivar. Las relaciones familiares no son siempre fáciles, y es preciso también un esfuerzo para mantener nuestras relaciones sanas, fluidas y libres de rencores y susceptibilidades. El niño que nace es judío, pero es universal.
No es patrimonio de nadie. No pertenece a ningún grupo. Es de todos. Si Dios se ha hecho hombre es para decirnos que lo verdaderamente importante es nuestra humanización. Dios se humaniza para que nosotros nos divinicemos. Pero para divinizarnos debemos primero humanizarnos de la misma manera como lo hizo Dios en Jesús.
Píldora de humor.
-Después de aplicar el alcoholímetro el policía le dice al conductor:
-¡Vaya borrachera! Mire el nivel que le ha marcado, 4:45.
El conductor mira fijamente el aparato y exclama:
– ¡Caramba, hic…, las cinco menos cuarto! ¡Hoy me mata mi mujer!.