INDEPENDENCIASonrisas y valores

JUAN CALLEJAS VARGAS

|

Sonrisas en lugar de llantos. Sí, este es el nombre bajo el cual un grupo de profesionales jóvenes están canalizando, ejemplarmente, su vocación de servicio y solidaridad para con algunos de los más pequeños y necesitados de nuestra ciudad. Solidaridad, un valor que debemos aspirar vivir todos los días.

Su entendimiento renovado por Jesús les ha permitido reconocer que Navidad debe ser para todos los días del año, y no solamente para esta época, sobre todo en una nación empobrecida como la nuestra. ¿Se da cuenta de que nos han empobrecido?

Marissa Rodríguez, diseñadora gráfica; Nancy Pérez, arquitecta; Mayte Ríos, nutricionista; José Javier Pozuelos, ingeniero; Rudolf Peters, ingeniero; Hugo Pensamiento, ingeniero; Susanna Bianchi, diseñadora de interiores; Luis Pablo Pensabene, diseñador gráfico, y Daniel Perea, ingeniero, dedican parte de su vida a las tareas de Sonrisas en lugar de llantos, y lo describen así: Sonrisas en lugar de llantos se inicia en agosto del 2006. Sin embargo, el deseo de realizar una labor de este tipo inició tiempo atrás. Lo podemos describir así: es un sueño que se está cumpliendo.

En el espíritu de esta hermosa organización subyace una profunda convicción de cambio y transformación para nuestra Nación; cambio y transformación que parte de los hechos antes que del decir; se inicia en realizaciones, y no en discursos.

?Somos un grupo de amigos, jóvenes, de distintas profesiones y denominaciones cristianas, que nos reunimos todas las semanas para planear la actividad de cada domingo. No pertenecemos a ninguna entidad religiosa ni gubernamental. Tenemos una visión y un intenso deseo de cambiar, con la ayuda de Dios, el futuro de estos niños y, por consecuencia, de sus comunidades.

Sabemos el peligro en el que estos niños se desenvuelven y la dura realidad que viven. Como muchos en estas situaciones, podrían seguir por el camino de la delincuencia y ser inducidos por maras. Nuestro deseo es mostrarles otra alternativa de vida.

Trabajamos como equipo. Todos somos portadores de ideas y estrategias para alcanzar la meta que nos hemos trazado. Los domingos, desde las 10:30 hasta las 13 horas -horas del servicio religioso-, vamos al Cementerio General a compartir con los niños, llevándoles almuerzo, juegos, canciones, enseñanzas bíblicas, amor y, por supuesto, sonrisas.

Recibimos el apoyo de una pareja de esposos pastores del Ministerio Moisés, que tienen a su cargo varios grupos de niños en otros sectores de alto riesgo del país. Trabajamos en conjunto con ellos.

Son hijos de los trabajadores del Cementerio General. Éstos acompañan a sus padres y trabajan también en labores como guía de los visitantes, regando las flores que se colocan en las tumbas, lavando carros, etc. Son más de 25 niños que no acuden a la escuela; por lo tanto, no saben leer ni escribir. Tienen un rango de edades entre 4 a 13 años. Entendemos que lo que se está sembrando en los corazones de estos niños traerá un impacto social mañana. Esto es un futuro mejor para la vida de cada niño.

El día de mañana, ellos formarán familias, las cuales constituyen parte del núcleo de la sociedad. Dentro de la familia es donde se crean las cosmovisiones; esto es los valores y el punto de vista de cómo se ve el mundo. Si tienen una cosmovisión positiva, el resultado de su vida será positivo, y si es negativa, traerá consecuencias negativas. Por lo tanto, sembrar una cosmovisión positiva basada en los principios bíblicos ayudará a que el país prospere y progrese.

Atrévase, así otra Guatemala es posible.

ESCRITO POR: