SI ME PERMITE

La verdadera democracia

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“La democracia sustituye las designaciones que efectúa una minoría corrompida por las elecciones que efectúa una mayoría competente.” George Bernard Show

Frecuentemente se escucha hablar de la democracia y también reclamar que se aplique la democracia, pero pocas veces se percibe con claridad que los que usan el término entienden el significado o bien la responsabilidad que conlleva el pedir o exigir que se aplique la democracia.

Este término tan antiguo que se empezó a usar en el siglo V a.C. en Atenas y que literalmente su significado es que el gobierno o poder está en manos del pueblo. Este concepto para Platón era gobierno de la multitud cuando para Aristóteles era gobierno de la mayoría. Iniciando con estas dos variantes hemos tenido todo tipo de discursos y explicaciones pero difícilmente se han llevado a la práctica y se las percibe funcionar.

El simple concepto de que todos tienen razón y cada uno pide lo que quiere, hace difícil ver que un gobierno pueda armonizar y alcanzar entendimiento. Pero también sabemos que todas las cosas pueden alcanzarse si se respeta las normas y se cumple con las reglas de juego. Esto es tan real en los deportes, antes de iniciar tienen que conocerse las normas y que se suscriban a ellas para que el juego pueda llegar a un feliz final. Al igual si iniciamos un negocio necesitamos entender obligaciones y responsabilidades para que una vez iniciado el negocio sepamos quién es el que está a cargo y con quién debemos tratar para que el negocio tenga sentido.

Si hablamos de la democracia deberíamos entender cómo funciona y cuánta preparación o madurez tenemos para suscribirnos a las reglas y que al cumplir nuestra parte podemos exigir a los otros que cumplan su parte para que el sistema sea el que fue estructurado y pueda funcionar. Claro está que exigir y demandar para el ser humano es lo más fácil y natural, pero cuando se nos recuerda que también tenemos aspectos que debemos cumplir la respuesta no es tan inmediata y de mucho agrado.

Por ello cuando estamos enfocando a la verdadera democracia, empezamos por aceptar que cada uno de los ciudadanos que integran la sociedad debería cumplir con su parte antes de pedir o exigir cualquier cosa, entendiéndose que hay elementos formativos que nos instruyen para poder ser parte de la sociedad, luego saber actuar y convivir de tal modo que podamos interactuar aceptando que somos miembros de una misma sociedad con iguales derechos y responsabilidades, las cuales no son simplemente para que estén en un documento sino que proyecten en el comportamiento de cada uno de nosotros.

La parte elemental es que si hay un punto de inicio y declaración de estructuración hay todo un camino para poder formar ese modo de vida y que las generaciones que sigan sepan que hay un compromiso adquirido que deben cumplir y mejorar, y no habiendo razón para la rebeldía y el desorden como pasa en nuestro media lamentablemente.

Nuestra Guatemala consciente o no ha suscrito un estilo democrático que se ha olvidado de la madurez y formación requerida para que esa democracia sea evidente no solo para nosotros, sino para que todas las naciones que nos contemplan vean que es verdad, porque las reglas son universales y no están para ser negociadas, todavía estamos a tiempo de encaminarnos en ellas antes que el caos alcance. Está en nosotros dar los primeros pasos si es de mejorar.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.