La nueva Guatemala

JAIME CÓRDOVA

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Parecía una locura nacional, los guatemaltecos estábamos conmocionados, incrédulos de tan imposible y repentina realidad: paz, unidad, concordia, civismo y respeto. Candidatos, electos, dirigentes políticos y electores tranquilos con los resultados electorales, demostrando valiosa cultura, sin acusaciones, altercados, riñas, tragedias.

Participaron solamente dos candidatos a la Presidencia de la República, pues los partidos decidieron unirse y eliminar más de 10  tradicionales, promoviendo y disfrutando hermandad. El nuevo mandatario nombró de inmediato a su contrincante perdedor para presidir su gabinete de gobierno, así como a personajes de reconocida buena conducta, capacidad, liderazgo y honorabilidad, como asesores, ministros, viceministros, directores, gobernadores, jefes y demás puestos importantes, sin color político alguno o tacha alguna, exigiéndoles transparente misión para beneficiar y agradecer al pueblo el voto de triunfo, advirtiéndoles además cárceles abiertas si caían en corrupción mínima, pequeña, regular, grande o extrema.

Les exigió trabajar estricta e inmediatamente, corrigiendo inicialmente todos los  males arrastrados durante años para dar confianza al pueblo, borrar la mala imagen de nuestro país a nivel mundial y priorizar acciones  generales de desarrollo, seguridad, empleo, salud, educación, protección infantil, alternativas contra la pobreza, estricto cumplimiento de las leyes, prisión para los antisociales, pena de muerte a los criminales, etcétera.

El Congreso, ahora con 75 diputados, no 158 como antes, con espacio para jóvenes y mujeres capaces, presentes en las sesiones, proponiendo urgentes iniciativas; ausencia de famosos sobres debajo del escritorio; insultos sin vociferaciones, escándalos, agresiones, acusaciones, irrespeto y lanzamiento de objetos, consignaciones a tribunales, actos delictivos y prisión para los malos. Eliminación de candidatos familiares, pilotos, guardaespaldas o amigos de políticos o congresistas.   

La Corte de Constitucionalidad y Corte Suprema de Justicia, con magistrados y jueces probos impartiendo pronta y cumplida justicia. El Ministerio Público, Tribunal Supremo Electoral, Policía Nacional Civil y demás cuerpos de seguridad, Contraloría General de la Nación, Procuraduría General de la Nación, Procuraduría de los Derechos Humanos, SAT, etcétera, cumpliendo con su deber. Los alcaldes municipales con trabajo positivo, electos también limpiamente sin acarreos de votantes pagados, falsificación de documentos, avecindamientos temporales y demás trampas. La ciudadanía eufórica celebraba tan trascendental acontecimiento nacional, con fiestas, música, bailes populares y fuegos artificiales en parques y plazas del país.

Ganadores y perdedores confundidos en increíble abrazo fraternal.  

Repentinamente desperté, había sido solamente un maravilloso sueño. Impactante decepción, nostalgia, ira y frustración. Tan ansiado cambio en nuestra amada Guatemala se había esfumado de repente. Solo Dios sabrá hasta cuándo.

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