Hace una semana tuvimos la tercera manifestación, la cual fue nuevamente muy concurrida, muchas personas llegaban, estaban un tiempo y luego se iban; llegaron grupos de ciudadanos de diferentes municipios del país y la asistencia se mantuvo, porque siguieron acudiendo después de las seis de la tarde.

Las tres reuniones sabatinas en el parque central se han caracterizado por existir entre los asistentes un comportamiento ordenado y de respeto entre ellos; únicamente han canalizado sus protestas, muchas veces con enojo, hacia el corrupto manejo de los fondos públicos a todo nivel en la administración del Estado.

Muchos políticos tratan de aprovecharse de un movimiento cívico, promovido por jóvenes sin intereses partidarios, criticando la corrupción, haciéndose pasar como si cuando fueron funcionarios actuaron de forma intachable y sin mancha, cuando las personas que los han conocido desde tiempo atrás comentan que no tenían dinero y que cuando salieron de los cargos, milagrosamente, tenían grandes propiedades y riquezas que antes no tenían. La desfachatez es tanta, que inclusive promueven que se aplique la justicia contra los corruptos, habiendo sido ellos parte y fomento de la corrupción que hoy llega a la administración, promovida por su mal ejemplo.

Cuando hablamos de corrupción generalizada, estamos mencionando desde las presidencias, ministros, gobernadores, alcaldes, diputados y los subalternos de todos ellos. Evidentemente hay muchos que no lo han sido, ha habido y hay funcionarios públicos con su equipo intachables, pero indiscutiblemente la corrupción se incrementa cuando nadie pone tope al despojo.

La falta de la aplicación de la justicia, apoyada por organismos internacionales, que con el pretexto de evitar el abuso a los ciudadanos, a través de los derechos humanos, terminan protegiendo a los culpables, quedando sin protección las víctimas humanas de los criminales.

Es evidente que urge hacer cambios en el sistema social de nuestra patria, el problema es que ninguno de los candidatos sabe qué hacer, la prueba es que no proponen soluciones para sacar de la pobreza y miseria a millones de guatemaltecos.

Ofrecer oportunidades, empleo, trabajo, bienestar, educación, es fácil; llevarlo a cabo sin regalar o quitar a alguien lo que tiene es algo que no tienen ni idea de cómo hacerlo; la falta de preparación académica, experiencia en administración empresarial y del sector público, manejo de fondos y tantos factores más, que son elementos indispensables para saber que hacer, pues solo se complementa con la experiencia que da la edad y con un verdadero amor y respeto al prójimo, según nos enseñó el gran Maestro Jesucristo.

Nuestro país está padeciendo por el crimen, siguen siendo asesinados pilotos y ayudantes del servicio público, inclusive una jovencita, casi niña, se convirtió en asesina. Los asesinatos se han convertido en algo común, ya no son motivo de sorpresa y enojo.

En una sociedad, el quitar la vida de cualquier ciudadano debe ser motivo de escándalo y protesta; tal como lo ha sido el cobarde asesinato del licenciado Francisco Palomo.

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