Haber leído el domingo 9 de agosto el artículo del abogado Luis Morales Chúa, titulado Las reformas se atascaron, me mueve, como cualquier ciudadano de a pie, a ejercer mi derecho de petición a los medios de comunicación para que presenten perfiles de candidatos que sueñan con reelegirse y que sus nexos con la corrupción sean mostrados tal cual son.

Exponer los vínculos de estos aspirantes con la corrupción, el narcotráfico, el tráfico de influencias y demás actos delincuenciales que pretenden seguir cometiendo será la vela que ilumine los ojos, los oídos y la inteligencia de nuestro pueblo para que el 6 de septiembre les demos el castigo ejemplar de no votar por ellos. De esa manera los medios de comunicación independientes informarán a la población de la verdad y permitirán que con gente nueva, no embarrada por la porqueriza de política actual, todo el país pueda retomar, a partir de que sean electos únicamente los no manchados, las diferentes solicitudes que se han venido haciendo, como las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos; Ley Orgánica de la Contraloría de Cuentas; Ley de Compras y Contrataciones del Estado, Ley de Servicio Civil, etcétera. Estas, de llegarse a publicar en el diario oficial, podrán culminar con éxito una “refundación” del Estado y que este sea diáfano y transparente.

Con ello, el pueblo de Guatemala, en su mayoría noble, trabajador, aguantador y luchador, evitaría el martirio de ver cómo todo podría fracasar de nuevo si los corruptos y delincuentes políticos se vuelven a instalar en el país después del 6 de septiembre del 2015. Corre y va de nuevo.

Según mi humilde criterio, las manifestaciones pacíficas se tendrían que reanudar inmediatamente de que queden nuevas autoridades no manchadas, para que sepan que su actuar para con el país tendrá permanentemente una auditoría social que vigilará a aquellos que quieran caer en la tentación de acudir a la maña para enriquecerse a través de los puestos públicos, y que reciban castigo inmediato y, por ende, su expulsión deshonrosa de las instituciones de Gobierno, y finalmente la cárcel respectiva, según lo llegaran a imponer las leyes modificadas por ellos mismos, pero atendiendo a las necesidades de la población mayoritaria.

Guatemala puede salir adelante con relativa facilidad. Con tan solo erradicar a las ratas que se han enquistado en el sistema político del país y eliminando este cáncer vamos a tener una sociedad sana, juventud con oportunidades de trabajo, inversión nacional y extranjera que genere desarrollo económico e instituciones gubernamentales que manejen con probidad los dineros del pueblo y para el pueblo.

Esta es una solicitud a los medios escritos, televisivos y radiales independientes que no tengan nexos con los políticos de turno y que, además, amen a nuestro país como el suscrito ciudadano común y corriente.

Julio César Orozco Monzón

julioorozco@orozcomonzon.com