Esto de aparecer en las encuestas genera siempre diferentes opiniones. Normalmente los que tienen una predilección por un candidato no estarán de acuerdo con los resultados de una encuesta si en la misma este candidato resultó con bajo punteo. Lo contrario sucede con el candidato ganador. Los simpatizantes sobredimensionarán el resultado montándose a bordo de un entusiasta aplauso si su candidato puntea adelante.

Es explicable que así sea: Tendemos a creer en lo que queremos creer, y dudar de lo que no nos conviene. Por supuesto, las variables de un panorama electoral pueden cambiar, y quien estaba en una primera posición, puede ser derrocado y descender a una segunda o tercera posición, y el que estaba de último, ascender a un mejor lugar.

Las encuestas, en todo caso, retratan lo que ocurre en el momento más próximo al presente y son instrumentos útiles para predecir lo que sucederá en el futuro próximo, con la condición de que las circunstancias vigentes en el momento en que se realiza la encuesta, no sufran grandes variaciones, que nuevas encuestas tendrían que reflejar de alguna manera. En política, como en otros asuntos humanos, el ?homo sapiens? puede cambiar sus preferencias en cualquier momento y de cualquier género que sean.

Hago esta introducción a propósito de una encuesta que realizó Borge y Asociados, recientemente y cuyos resultados publicó elPeriódico. Resumiendo esos resultados: Si en la primera quincena del pasado mes de octubre se hubiera celebrado la elección presidencial, Oscar Berger habría obtenido el 48% de los votos; Ríos Montt habría obtenido el 5%, y Alvaro Colom el 4%. El 27% no hubiera votado por alguno de los candidatos actuales.

En cuanto a la elección primaria del Partido de Avanzada Nacional, el próximo 17 de noviembre, como sabemos, el 64% de los panistas votará por Berger Perdomo, y el 6% votará por López Rodas.

¿Cuán creíbles son esos resultados? Un factor de credibilidad es que la encuesta haya satisfecho los requisitos que exige la aplicación de métodos estadísticos en investigación. Aun suponiendo que esas exigencias científicas fueron satisfechas razonablemente uno todavía podría preguntarse si los resultados que reporta la encuesta son válidos. ¿Cómo saberlo? ¿Haciendo nuevas encuestas y dudando de los resultado ?ad infinitum??

Yo creo que no hay que complicar mucho la cuestión. Supongamos -a propósito de candidaturas presidenciales- que quien aparece en la primera posición obtuviera sólo ?la mitad? del número de votos que reporta la encuesta, y los otros candidatos el doble.

Aun así Berger obtendría el 24% de los votos; Ríos Montt el 10%, y Colom Caballeros, el 8%. En el caso de Berger, no conozco ninguna encuesta que lo despoje de la primera posición. Además, las encuestas informales que uno realiza en conversaciones ocasionales con la gente, confirman que las tendencias de intención de votos son, en términos generales, como lo reporta la encuesta de Borge y Asociados.

En las primarias del PAN, si Berger obtuviera la mitad del número de votos que reporta la encuesta, y López Rodas el doble, la diferencia seguiría siendo enorme: 32% a favor de Berger, y 12% a favor de López Rodas. No se trata, pues, de una diferencia que podría variar en unos cuantos días.

Ojalá que el sentido común y la ética priven en el campamento que en estos momentos las encuestas señalan como el seguro perdedor. Porque está bien que López Rodas demuestre ser un tenaz competidor; pero estaría mal -y absolutamente fatal para su carrera política- que quisiera impedir el triunfo de su contendiente por medio de un fraude o un sabotaje electoral.

Si las elecciones primarias son limpias y gana quien tiene que ganar en forma honesta y transparente, todos los panistas ganarán. Lo contrario sería una debacle.