Con ojos de mujerEl complejo y prometedor Petén
Hace más de 50 años don Virgilio Rodríguez Beteta, gran escritor e historiador, escribió el libro La Guatemala Grande, sobre el Petén, llamándolo así por su extensión de 35,854 k2, y señalándolo como la promesa escondida del desarrollo, por sus múltiples riquezas naturales e históricas.
Para protegerlo llegaron a Petén personas amantes de la naturaleza, y luego, grupos organizados que son hoy las Organizaciones no Gubernamentales u ONG’s. En Guatemala hay muchísimas y creo que es en Petén donde más abundan, a veces creando conflictos por la diversidad de causas que manejan y defienden, como biodiversidad, educación ambiental, agroforestería, salud, artesanías del bosque, desarrollo de la mujer, etc.
Por las condiciones ecológicas especiales de Petén -y también de todo el país- se establecieron las áreas protegidas, que están bajo la dirección de un ente específico que es el Consejo Nacional de Areas Protegidas o CONAP. A raíz de mi artículo pasado recibí comunicación de don Orlando Aguilar, Director Regional de CONAP para Petén, relatándome el trabajo que hacen, pues no estaba de acuerdo con lo que señalé. Efectivamente, después de revisar la información en que me basé y los datos documentados que me envió, reconozco que me faltó información y por ello mis disculpas.
Ahora, aprovechando una reciente visita a Petén, quiero contarle querido lector que efectivamente hay una crisis en el medio de las ONG’s, algunas sufren porque sus programas de desarrollo social no son de la prioridad del donante, otras porque no han logrado convencer al Gobierno y organismos internacionales que un proceso de cambio en un área donde hay que combinar la protección de los recursos naturales con el desarrollo humano, lleva tiempo.
En un país donde la pobreza se agudiza, ni el Gobierno ni el sector privado deberían atreverse a recortar programas de beneficio a las comunidades peteneras. El paradigma actual es de trabajar unidos ONGs, Gobierno y sector productivo en búsqueda del desarrollo integral.
Los ambientalistas propiciamos el desarrollo sin destrucción y, según puntualiza don Orlando Aguilar, en Petén se está dando; por ejemplo, para la explotación maderera, CONAP otorga las concesiones forestales a ONGs como la cooperativa ACOFOP, para evitar la depredación indiscriminada; para los programas de protección de fauna, ARCAS maneja refugios especiales. Las concesiones chicleras las manejan comunidades que tienen el compromiso de cuidar del bosque. Otros manejan el corte del Xate, para evitar su agotamiento.
La labor de don Orlando y las ONG’s es buena, pero creo que falta darla a conocer. La Biblia cuenta que después de que Jesús cambió la vida de la Samaritana, ella contó lo sucedido y todos cambiaron porque conocieron la verdad.