PLUMA INVITADA

Un año para no olvidar

César Augusto Sagastume

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Este es el momento de evaluar nuestro comportamiento social e individual de los acontecimientos que marcaron la historia de nuestro país, que dentro de aproximadamente unas horas está por terminar, para lo cual debemos reflexionar sobre los errores cometidos e iniciar un nuevo período con mejores expectativas como ciudadanos.

Al hacer el análisis de esos acontecimientos debemos considerar que desde el inicio de este año se marcó una campaña electoral anticipada en donde se veía a los poderosos políticos avanzar más que otros, creyendo que eran ya los ganadores de las elecciones en la primera vuelta, porque en varios eventos electorales el candidato que llega en segundo lugar en las elecciones anteriores le había tocado ser el ganador y muchos de los políticos hicieron sus negocios para ser tránsfugas del poder.

Consecuentemente aparece el jinete apocalíptico de los políticos corruptos y principian a descubrirse por efecto dominó a todos los que creyeron eran propietarios de las riquezas del pueblo y fueron delatando su intervención fraudulenta, en donde la sociedad se quedó atónica de saber que los más altos funcionarios estaban saqueando el dinero que necesitaba el pueblo para poder vivir en mejores condiciones de vida como lo señala la Constitución de la República.

El pueblo silenciado, oprimido y marginado se manifiesta con indignación, con sabiduría, responsabilidad, pero en forma enérgica exigiendo la dimisión de estos rufianes de la política y finalmente renuncian de sus cargos permitiendo elegir a un nuevo presidente y vicepresidente para hacer el relevo en el poder, dejando un precedente histórico en donde se espera se realicen cambios significativos que ya el pueblo tendrá oportunidad de evaluarlos y poder verificar si trascendieron.

Esta es una muestra de que en un sistema democrático deben entender que el pueblo es el soberano, el que manda, y a los que se les delegó el poder tienen la obligación de respetar la aplicación de las leyes que regulan el estado de Derecho. ¡Vaya, qué lección!

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) hace valer su estatus de supremo y no inscribe a candidatos con tachas. Sanciona a partidos políticos por no respetar los techos financieros establecidos y abusar en la inversión desmedida en la propaganda proselitista.

Se descubren nuevas organizaciones criminales de corruptos y ladrones que le roban la salud, la educación; propician la desnutrición, la pobreza y la seguridad a los guatemaltecos, y se llega a comprobar que el pueblo a través del voto manda y en el evento electoral celebrado recientemente, elige a un partido que se planteo con el eslogan: “Ni corrupto ni ladrón”, aprovechando la moda, y el pueblo lo aprobó. Esperamos aprendan la lección. ¡No deben equivocarse nuevamente!

La tragedia del Cambray II dio muestra de que las municipalidades no acatan el Código Municipal, que demanda como obligación hacer el Plan de Ordenamiento Territorial de su jurisdicción para evitar estas tragedias. Se desnuda la crisis del sistema de salud, se aprueba nuevamente un presupuesto desfinanciado, y lo más sobresaliente, la lección magistral que da el TSE, al no dar credenciales a los diputados con tachas, haciéndolo con autoridad y apegados a derecho marcando un precedente histórico que el pueblo de Guatemala aplaude.

Y para ponerle la guinda al pastel, cae otra red de mafia en el futbol, en donde debe hacerse una limpieza total y sacar a los corruptos que juegan una política aún más sucia que la de los politiqueros de siempre, para ocupar cargos que dicen ad honórem.

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