Muchos me han preguntado cómo lograrlo y muchas veces se frustran al no encontrar salida; o bien, cuál camino tomar para llegar a encontrar ese propósito porque sendas hay muchas, pero también debe haber una conexión auténtica de la persona, del emprendedor y del empresario, para que también se refleje en su emprendimiento, de manera que realmente trascienda y florezca.
Hay libros y herramientas recomendables, como la IKIGAI, que nos ayuda a encontrar lo que hacemos por misión, visión, provisión, profesión, etc., y otras como “Starting with Why” (Empezar por el por qué) de Simon Sinek. Yo sugiero, por mucho, el libro de Rick Warren “A life with a purpose” (Una vida con propósito), porque nos lleva paso a paso, en un plan de 40 días, para ir descubriendo la razón por la que existimos, vivimos y estamos en la tierra y en una vida eterna.
En mi caso, encontré mi propósito en la peor adversidad y fue a través de los mayores obstáculos y “esos imposibles”, que hallé el sentido de mi vida y encausarlo todo para poder cumplir ese más allá de mí misma.
Los emprendedores, muchas veces, lo hacen por necesidad, por una oportunidad o simplemente por vanidad, pero se dejan llevar por el día a día. Muchos de ellos crecen increíblemente y otros fracasan, pero con esos golpes recibimos una confrontación o con esos crecimientos galopados, donde ya no sabemos cómo manejar las cosas, tenemos que recapacitar y reencauzar nuestra misión y visión.
Aunque no podemos dar todas las herramientas que señalan la fórmula del éxito, sí podemos brindar los consejos y lineamientos necesarios para minimizar el riesgo al fracaso o bien, alcanzar ese máximo nivel de exponencialidad que todas las personas tenemos.
El ser humano tiene una capacidad creativa inmensa, hasta infinita, y de ahí podemos ir descubriendo procesos, caminos y puentes para encontrar el propósito que tanto necesitamos. Es una tarea diaria el preguntarnos lo que hacemos, por qué lo iniciamos, por quién lo buscamos y cuál es la razón que nos mueve.
Y es entonces cuando muchas veces el emprendimiento o la empresa no fluye o no genera la rentabilidad que queremos; afrontamos multas por no prestarle atención a la parte legal o fiscal; o cuando el equipo no está funcionando como debe. Y es porque el propósito no es el correcto, ya que es este el que nos mantiene vivos, fluyendo y sobre todo, avivando el espíritu empresarial.
Es muy importante alinear el propósito de la vida del empresario o del emprendedor, a la de la empresa o emprendimiento, ya que esa esencia la que brinda la personalidad, la propuesta de valor y ese “agregado” que les brindamos a nuestros clientes o consumidores. Es entonces cuando nuestra empresa o emprendimiento trasciende, ya que ofrecemos algo diferente, “eso” que no todos tienen, “eso” que no podemos encontrar en otros modelos de negocio.
Pero esa propuesta de valor, esa milla extra, solo puede fluir de algo que va mucho más allá de nosotros, el propósito que está alineado a Dios, quien es realmente quien rige todo este mundo.
Durante el mes de febrero tendremos distintos eventos con invitados especiales y expertos en temas de emprendimiento, que estarán compartiendo sus conocimientos y testimonios en las distintas ramas en que se han desenvuelto: el 24 de febrero estaremos en Plaza Fontabella con 3 emprendedoras de industrias creativas en las ramas de diseño y confección de joyería; y en el Parque Las Américas, estaremos el 17 de febrero con una gran empresaria y emprendedora que se ha dado a conocer en distintas áreas, especialmente en el ambiente inmobiliario.
Le invito a que esté pendiente de mis redes sociales, como las de los centros comerciales mencionados, para que pueda participar en esas actividades dirigidas especialmente a emprendedores y empresarios.
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La autora es experta en temas de emprendimiento, empoderamiento de la mujer y directora creativa. shegel@ufm.edu
