El término “instituciones” figura de manera prominente en discusiones sobre desarrollo económico, política, gobierno, conflictividad y, en general, lo pertinente al acontecer social. Encuentro que es frecuente la confusión entre instituciones y organizaciones y es usual que se piense que estos términos son sinónimos, cuando no lo son. Se habla de la calidad de las instituciones, su fortalecimiento o reforma, cuando en realidad quizás se hace referencia a organizaciones. ¿La Corte Suprema de Justicia, el Congreso y el Ministerio de Finanzas son instituciones? La respuesta es no, son organizaciones, el resultado de determinadas instituciones. La Constitución Política de la República de Guatemala, en cambio, sí es una institución.