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Hacen historia Dos generaciones unidas por la alegría de una medalla en Juegos Olímpicos de la Juventud. Wilmar Madrid y Geraldine Solórzano no para de soñar en grande.

Los recuerdos de esos días de competencias en Juegos Olímpicos de la Juventud están guardados en el álbum de la vida, intactos y perpetuos para los tiradores Geraldine Kate Solórzano y Wilmar Madrid, medallistas de bronce en las justas de Singapur 2010 y Nanjing 2014, respectivamente.

Los recuerdos de esos días de competencias en Juegos Olímpicos de la Juventud están guardados en el álbum de la vida, intactos y perpetuos para los tiradores Geraldine Kate Solórzano y Wilmar Madrid, medallistas de bronce en las justas de Singapur 2010 y Nanjing 2014, respectivamente.

El tiro guatemalteco juvenil se ha metido en la historia en los Juegos Olímpicos por la puerta grande, ya que en las dos ediciones efectuadas se han subido al podio, dejando un precedente y un reto que superar para los que vienen atrás.Son dos generaciones exitosas, con muchas cosas en común, pero sobre todo el compartir su perseverancia, dedicación y deseo de poner el nombre de Guatemala en alto.La primera en escribir su nombre en la página de oro del deporte guatemalteco fue la tiradora Geraldine Kate Solórzano Manson, quien el 22 de agosto del 2010 conquistó la primera medalla olímpica juvenil para Guatemala. Con tan solo 16 años ganó el bronce en la prueba de pistola de aire de 10 metros, en la primera edición de los Juegos Olímpicos Juveniles, Singapur 2010.En la segunda edición que se celebró en Nanjing, China, en agosto de este año, el nombre de Guatemala volvió a hacer eco en el podio de premiación, gracias al tirador Wilmar Madrid en la prueba mixta por equipos en la modalidad de pistola de aire a 10 metros, al aportar otra presea de bronce para Guatemala.Espíritu ganador

Geraldine Solórzano nunca imaginó que al salir de su natal Huehuetenango y dejar a su familia, en la búsqueda de cumplir su sueño a través de la práctica del tiro deportivo, fuera a traer tantas satisfacciones a su vida. Solórzano se inició en el tiro siguiendo los pasos de su hermana Marjorie. Fue en el polígono de Huehuetenango donde hizo sus primeros disparos en la modalidad de Rifle. En el 2008 fue tomada en cuenta para unirse a Sideporte, un proyecto que impulsó la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala para la formación integral de los deportista; por ello, Solórzano se trasladó a la capital para hacer una carrera deportiva.Geraldine no tardó en sobresalir, ya que además de sus habilidades con el tiro también demostró ser una estudiante destacada con promedios arriba de los 90 puntos. Gracias a su disciplina y constancia, su entrenadores vieron en ella el gran potencial y la motivaron para que se iniciará en la pistola de aire, en la que empezó a dar resultados desde sus primeros disparos.Solórzano considera que la oportunidad que tuvo de estar en un programa con más deportistas de diferentes disciplinas le ayudó en su crecimiento como deportista, ya que todos se apoyaban unos con otros y se daban ánimos para salir adelante. Antes de vivir la experiencia en Singapur, Geraldine soñaba con darle una medalla a Guatemala en unas justas olímpicas y cuando se enteró en 2009 que se disputaría la primera edición de los JOJ, se propuso lograr la clasificación e intensificó las horas en el polígono para obtener una mayor preparación.”Estar en una competencia de ese nivel es una experiencia única. Todo es tan especial, desde las habitaciones, el comedor, el polígono de competencia, la convivencia con los atletas y los voluntarios. Es una gran fiesta que nunca olvidaré, pues siempre tiene muchas actividades que hacer que te hacen vivir una experiencia indescriptible”, asegura la tiradora.Cuando Geraldine ganó la primera medalla de bronce para Guatemala, no sabía qué era lo que estaba pasando en la escuela de Deportes de Singapur. En la ronda final empató en segunda posición con la china Xue Fang y se fue al desempate, pero ella no sabía que estaba en la pelea por las medallas. Geraldine estaba feliz porque superó su marca personal en tiro y al ver cómo sus compañeros salieron corriendo abrazarla y felicitarla no pudo retener las lágrimas y festejó junto con ellos la medalla conseguida.El amor al tiro le ha llevado a tomar decisiones muy importantes en su vida, siendo una de las principales dejar su hogar y cambiar su carrera universitaria. En un principio quería dedicarse a la medicina, en la rama de la oftalmología, aunque sabía que su estudio demandaría más tiempo y tendría que abandonar el tiro, por lo que decidió estudiar optometría, lo que le permite alcanzar su sueño profesional y no dejar de lado el deporte de sus amores. La tiradora reconoce que cualquier sacrificio vale la pena para poner en alto el nombre de Guatemala y así hacer sentir orgullosos a 15 millones de guatemaltecos, en especial a su familia y a su querido Huehuetenango.Luego de cuatro años, Geraldine jamás olvidará esos momentos, lo que la lleva a aspirar más en el tiro y verse en el podio de unos Juegos Olímpicos y saber que mientras ella lo sueñe hará cualquier cosa para lograrlo.Pasión y dedicación

Al momento de estar en el polígono y sosteniendo su pistola, Wilmar Steven Madrid Díaz deja de lado su timidez y tranquilidad, y se convierte en un experto tirador que se enfoca en acertar al blanco y hacer cumplir sus metas. Fue así como llegó a la segunda edición de los Juegos Olímpicos Juveniles en Nanjing, China.El zacapaneco, de 17 años, se caracteriza por su humildad y sus deseos de superación, con el objetivo principal de salir adelante y con ello llenar de alegrías a su Madre y hermanos.Wilmar tuvo mucha inquietud desde pequeño en el deporte, fue así como antes de decidirse por el tiro deportivo practicó natación, ajedrez, tenis de mesa y balonmano. Un día acompañó a su hermana mayor al polígono de tiro ubicado en el complejo deportivo de Zacapa y conoció la disciplina que lo apasiona y de la mano del entrenador Alexis Chigna se metió de lleno en el deporte. Madrid no veía las horas para terminar con sus tareas y clases de mecanografía para ir a entrenarse.A pesar de ser un joven de pocas palabras, su sonrisa lo define como un luchador, pues en Nanjing pudo superar el haber quedado fuera de la final individual por tan solo un disparo que le significó seis puntos y enfocar toda su concentración en una nueva prueba, donde logró salir con éxito y ganar la segunda medalla de bronce en tiro en los JOJ, haciendo pareja con Agate Rasmane, de Letonia.”No lo pensé tanto, puesto que soy de los que no les gusta quedarse estancados. Sé que si caigo debo volverme a levantar y con más fuerza para alcanzar mis metas; fue eso lo que me llevo a ganar el bronce en equipos mixtos, y sin conocer a Agate cambié de mentalidad y di mi mejor esfuerzo para también romper mi récord personal en competencia internacional”, comparte Madrid.Luego de haber regresado de Nanjing, Wilmar enfrentó una nueva dificultad ya que a pesar de estar clasificado tuvo que decir adiós a su participación en la edición 22 de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se disputan actualmente en Veracruz, lo que también hizo que su deseo de competir en Panamericanos y Olímpicos tenga que esperar un poco más.Para su preparación previo a los JOJ, Wilmar se trasladó a la capital para entrenarse con Juan Carlos Méndez Garay, y se ausentó de sus clases en el instituto de Zacapa. Al momento de regresar, los profesores le dijeron que por tanta falta perdería el año, lo cual le obligó a renunciar a participar en Veracruz para terminar sus estudios de cuarto año de la carrera de perito en administración de empresas. El Flaco, como cariñosamente le llaman, emprenderá un nuevo reto el próximo año, pues dejará su vida en Zacapa para continuar con su preparación deportiva y académica en la ciudad capital, gracias a una beca otorgada por el Comité Olímpico Guatemalteco y la Federación Nacional de Tiro.Pruebas que marcan

El esfuerzo que han efectuado los jóvenes atletas les ha permitido triunfar en su corta pero exitosa carrera deportiva, pero ambos reconocen que no imaginan cómo sería su vida sin estar dentro del tiro, sin vivir la adrenalina y la serenidad de una competencia, sin sentir la emoción de representar a un país que sueña y necesita de tantos logros y alegrías.Solórzano y Madrid siempre llevarán grabado en su corazón el momento en que subieron al podio para recibir la medalla, la cual conservan y cuidan como su más valioso tesoro. También no olvidan el momento de la clasificación, lo que les hizo sentir que estaban tan cerca de alcanzar sus metas y los motivó a darlo todo en el polígono y obtener el resultado deseado.Los atletas tuvieron un cambio radical en sus vidas, luego de haber ganado las respectivas medallas olímpicas en los Juegos Juveniles, puesto que además de ser un logro personal, se convirtió en un éxito para su familia, entrenadores autoridades y especialmente para la gente de sus departamentos (Huehuetenango y Zacapa), que los acogió como unos verdaderos héroes, que se sienten orgullosos por conocerlos e inspirar a muchos jóvenes más en alcanzar sus metas y servir de ejemplo para la sociedad guatemalteca.

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