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El curioso origen del control remoto del televisor (y cómo se transformó a lo largo del tiempo)

Todo comenzó por algo con lo que los televidentes del siglo XXI todavía se pueden identificar: enojo por los anuncios comerciales.

Era 1950 y en Estados Unidos el presidente de Zenith Electronics, Eugene F. McDonald, les planteó un reto a los ingenieros de la compañía.

Como odiaba tener que ver la publicidad, quería un dispositivo que le permitiera silenciarlos ocambiar de canal a uno donde se estuviera transmitiendo algo que no fueran anuncios.

Así nació el control remoto como lo conocemos.

El deseo de McDonald inició una revolución, pues cambió la forma en cómo vemos la televisión, menos como un observador pasivo y más como un supervisor sin piedad.

Si no nos gusta lo que estamos viendo, un solo botón nos permite cambiar de canal.

El dispositivo de cambio de canales de Zenith, creado por el ingeniero Eugene Polley y lanzando en 1955. fue llamado “Flasmatic”.

“Él no era un ingeniero eléctrico, sino uno mecánico”, dice John Taylor, el historiador de Zenith y también director de prensa de la compañía matriz LG, donde laboraba Polley.

“Entonces el dispositivo era en gran medida mecánico”.

Hubo varios dispositivos que servían para cambiar los canales de televisión, pero estaban conectados al aparato en sí por un cordón umbilical.

El más famoso fue el de Zenith, llamada Lazy Bones, que permitía al usuario prender y apagar la televisión y cambiar canales, pero no silenciar esos molestos anuncios comerciales.

El Flashmatic estaba completamente separado del televisor.

Se usaba “dirigiendo una luz hacía un sensor en la esquina de la pantalla”, dice Taylor.

“Esto permitía al espectador silenciar el sonido, cambiar los canales hacia arriba o hacia abajo, todo al hacer parpadear el botón en la esquina de la pantalla”, explica.

Siguiendo con la preocupación de los años 50 por el espacio y el diseño moderno, el Flashmatic parecía algo que Flash Gordon podría usar contra una amenaza de otro planeta.

“Esta fue la era de Sputnik y Buck Rogers. Parecía una pequeña pistola de rayos verdes”, dice Taylor.

Sin embargo, había un gran problema con el dispositivo de la era espacial de Zenith.

Los cuatro sensores en las esquinas de la pantalla eran sensibles a más de una luz: “Dependiendo de dónde estuviera colocada la televisión en la sala, a medida que salía el sol podía apagar o cambiar los canales de la televisión”, refiere Taylor.

Aunque podía parecer un juguete de niño, tenía un precio muy de adultos, pues costaba US$100 adicional el precio del televisor.

“Y en esa época podías comprar un automóvil por 600 dólares”, señala el historiador.

Comando Espacial

Zenith volvió a las mesas de dibujo, en esta ocasión al escritorio de uno de sus ingenieros eléctricos, un físico llamado Robert Adler.

La invención de Adler eliminó los rayos de luz del Flashmatic. Tuvo que idear una nueva forma para que el control remoto pudiera “hablar” con la televisión.

Una idea fue usar ondas de radio, pero fue descartada desde el inicio, dice Taylor.

“Si estuvieras en un edificio con varios apartamentos podrías cambiar los canales de la televisión de otra habitación y la tuya al mismo tiempo”, explica.

¿Cuál fue la decisión de Adler? Usar el sonido.

El nuevo control remoto de Zenith, llamado Comando Espacial, era un dispositivo ultrasónico que utilizaba martillos que golpeaban varillas de aluminio dentro del control remoto.

Hacían sonar ciertas frecuencias, lo que obligaba al televisor a encenderse o apagarse, cambiar el canal, silenciarse o reactivar el sonido.

El escritor de cultura, Steven Beschloss, dice que el Comando Espacial era elegante y simple.

“La clave de su atractivo, creo, era su claridad de propósito. Sólo tenía algunas funciones y el usuario podía disfrutar de una operación simple y fácil. Está muy lejos de muchos de nuestros mandos a distancia más complicados de hoy”, explica Beschloss.

El Comando Espacial parecía un accesorio de Star Trek, con sólo cuatro botones sobresalientes, nada parecido a los dispositivos actuales que tienen docenas de botones rectangulares de plástico.

Los botones golpeaban las varillas con un sonido casi silencioso pero marcó el comienzo de la era de los controles remotos de ultrasonido, un método que se utilizó hasta bien entrada la década de 1980.

La frecuencia utilizada en los controles remotos como el Comando Espacial eran tan altas que resultaban imperceptibles al oído humano, sin embargo podían ser percibidas por animales como perros y gatos.

Yo recuerdo a mi hermano mayor y a mi hermana persiguiendo a los gatos de mis abuelos alrededor de la casa con este dispositivo.

Taylor dice que en Zenith circulaba una historia apócrifa: que durante las pruebas, una asistente de laboratorio se estremecía cada vez que se probaba el dispositivo, debido a su agudo sentido del oído.

El teclado numérico

Hasta mediados de la década de los setenta, los controles remotos para la televisión no tenían más que pocos botones.

De hecho fue la BBC la que en parte creó la necesidad de un dispositivo más complicado.

En 1974, lanzó Ceefax, un servicio basado en texto que usaba capacidad adicional en las frecuencias de TV analógicas, en el Reino Unido.

Sin embargo, fue imposible para la mayoría de los telespectadores acceder a las páginas de noticias, deportes e información financiera utilizando un control remoto normal.

Se debía crear un nuevo control, uno que tuviera espacio para un teclado numérico (para poder seleccionar los diferentes números de página) y para alternar entre el servicio de texto y el televisor normal.

El control remoto tal como lo conocemos comenzaba a tomar forma.

La luz infrarroja

Entrados en la siguiente fase del control remoto de la TV, la creciente necesidad de más y más funciones llevó a los diseñadores a buscar una forma diferente de comunicarse con el televisor. Encontraron una solución con la luz infrarroja.

De repente, el control remoto se volvió silencioso.

Pero a través de las décadas de 1980 y 1990, con el aumento de la televisión por cable y la explosión de dispositivos auxiliares como grabadoras de video, reproductores de DVD y consolas de videojuegos, el control remoto se hizo… bastante grande.

En un texto para Slate en 2015, el escritor Steven Beschloss reflexionó sobre la proliferación repentina de botones en un dispositivo que solía ser un ahorro de tiempo.

“Hay un exceso de botones… 92 de ellos, para ser exactos, dispuestos en mi mesa de noche en filas de goma, de siete colores diferentes, con etiquetas superpuestas que varían en el tono de su mensaje claro y agresivo (“POWER”, o encender,”FREEZE”, congelar) y otros más misteriosos e incomprensibles (“SUR”, “NAVI)”, escribió.

El regreso a lo básico

La llegada de la televisión por cable en la década de 1980, con decenas y decenas o incluso cientos de canales, marcó el comienzo de una era.

“Los controles remotos, como los propios sistemas de cable, se volvieron más difíciles de manejar”, dice Beschloss.

Pero recientemente las cosas han cambiado.

Es posible que regresemos a otra edad de oro del control remoto, en parte gracias al hecho de que no estamos viendo tanta televisión en nuestros televisores, y los controles remotos que estamos usando no tienen que estar necesariamente en nuestras manos.

“No solo estamos avanzando hacia el uso de nuestros teléfonos para operar todos nuestros dispositivos domésticos, sino que ahora estamos viendo dispositivos inalámbricos que satisfacen las demandas verbales”, dice Beschloss.

“En lugar de buscar mi control remoto debajo o entre las grietas del sofá, solo tienes que decirle al dispositivo inalámbrico qué programa o canal deseas ver en la pantalla de su televisor”, señala.

“Como alguien que actualmente tiene alrededor de siete controles remotos dando vueltas en mi guarida, eso se siente como un progreso”.

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