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La denuncia de abuso sexual de la artista Kesha contra su exproductor que revivió en su emotiva presentación en los Grammy 2018

Como en todas las premiaciones estadounidenses de este año, se esperaba que en los Grammy los artistas se pronunciaran contra las denuncias de acosos sexuales que han inundado Hollywood y otras industrias en los últimos meses.

Artistas pop de la fama de Pink o Lady Gaga lucían, a simple vista, como voces destacadas que hubiesen podido abordar el tema en sus presentaciones.

Pero no fueron ellas sino la cantante Kesha, de 30 años, la elegida para rendir homenaje a los movimientos emergentes de apoyo a las víctimas de estos abusos en EE.UU., llamados #MeToo y #TimesUp.

Tras interpretar su nuevo sencillo “Praying”, la artista rompió en llanto y recibió el abrazo colectivo de otras intérpretes que la acompañaron en el escenario, entre las que estaban Cyndi Lauper y Camila Cabello.

El acto de Kesha hizo llorar a varios la audiencia y fue reseñado comouno de los más emotivos de la gala del domingo.

En gran parte por su historia personal de denuncias de abuso sexual contra el reconocido productor estadounidense Dr. Luke (Lukasz Gottwald), quien ha ganado cuatro premios Grammy y ha trabajado con estrellas pop como Katy Perry y Britney Spears.

Una historia que comenzó hace cuatro años

En octubre de 2014, la cantante demandó al productor que la había llevado a la fama.

Lo acusaba de haberla drogado, violado y abusado emocionalmente, y exigía terminar su contrato de grabación con él y su empresa, vinculada a la disquera Sony.

Además, la cantante expresó frustración sobre “no tener control creativo” sobre su música.

Gottwald la contrademandó por difamación e incumplimiento de contrato.

A partir de ese momento, se desencadenó una batalla legal que duraría hasta 2017. En ese tiempo, varios jueces han negado a Kesha la posibilidad de abandonar su contrato con la empresa que fundó Gottwald.

El famoso productor, que ya no trabaja en dicha compañía, ha negado durante estos cuatro años haber cometido abusos contra la cantante.

Pese a esto, celebridades y fanáticos apoyaron los alegatos de Kesha. La estrella de pop estadounidense Taylor Swift, por ejemplo, donó US$250.000 para ayudarla a costear los gastos legales del juicio.

Mientras que la cantante británica Adele dijo durante la premiación de los Brit Awards en 2016: “Quisiera aprovechar este momento para apoyar públicamente a Kesha”.

El regreso de Kesha

La intérprete de éxitos como “Tik Tok” y “Timber” (junto al cantante Pitbull) ha aparecido en titulares en los últimos años principalmente por su disputa legal con el productor.

La cantante, además, ingresó en una clínica de rehabilitación en 2014 para tratar un desorden alimenticio y con eso redujo el número de presentaciones.

Su estancia en ese centro médico, según dijo en varias entrevistas, la inspiró a escribir canciones que reflejaran las dificultades personales que atravesaba.

Pese a no haber conseguido romper el contrato con Sony, Kesha lanzó en julio del año pasado su nuevo sencillo, “Praying”, del álbum “Rainbow”, en el que hace referencia a lo vivido con el productor, aunque sin nombrarlo.

“Trajiste las llamas y me hiciste pasar un infierno”, dice uno de los versos. “Tuve que aprender cómo luchar por mí misma. Y ambos sabemos toda la verdad que pude decir”, continúa.

El productor de la ceremonia de los Grammy, Ken Ehrlich, dijo el pasado viernes que la presentación de esta canción no estaba dirigida “específicamente” al movimiento #MeToo, pero sí había una asociación deliberada con el mismo.

Aunque su historia se remonta a años atrás“, dijo, “la realidad de lo que pasó en los últimos cuatro o cinco meses le dará otro giro a la manera en que la gente lo analice”.

Kesha tiene la obligación contractual de grabar dos discos más con la disquera Sony.

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