Vida

Comentario de una lectora

Cuando tenemos mala actitud, las personas se alejan de nosotros.

Estimada Rina:

He leído en varias ocasiones que le escriben mujeres madres que a cierta edad, como es normal, se han quedado ya sin esposo e hijos. Me gustaría en especial decirle a esta persona que le ha escrito, y que se siente sola sin sus hijos, porque se casaron y se fueron de su lado, que su vida no ha terminado, y que si el Señor la tiene todavía aquí es con un propósito. Porque si aún tenemos fuerzas y nuestras funciones completas, podemos servir de mucho. ¡La vida no se acaba cuando nuestros hijos se van!

Hay muchos seres en el mundo a quienes podemos servir, hay muchísimas cosas que aún podemos hacer. Le aconsejo a esta madre que no se encierre en su casa, que es muy bueno que busque al Señor. Hay lugares donde puede poner en práctica los dones que Dios le ha dado, y si ama el servir, pues sirva a alguien. A sus hijos, nietos, nueras, porque estamos aquí para servirnos unos a otros. El tener ya algunos años nos prepara para poder aconsejar y apoyar a los más jóvenes.

Existe, por ejemplo, la Escuela Municipal de Pintura, que es bastante accesible y en la cual se pasan horas verdaderamente preciosas, cuando amamos el arte; además de poder compartir con personas de nuestra edad y la oportunidad de hacer amistades. Haga amigos, salga, reúnase con ellos, participe en cosas que le gustan y no deje de hacer presencia en la vida de sus hijos. Trate de entender a sus nueras, sea su amiga, consienta a sus nietos y ámelos. El amor siempre retorna cuando lo damos a manos llenas. Y a todas las mujeres que se sienten solas e inútiles, no se crean eso, por favor. Mientras podamos movilizarnos y tengamos nuestras funciones podemos hacer muchas cosas. Dios nos dio dones y habilidades para que las desarrollemos y las pongamos al servicio de los demás. Todo es cosa de actitud. Recuerden que Dios no tiene límites. Los límites nos los ponemos cuando creemos que no servimos para nada.

Querida amiga:

Qué bien que tengamos la oportunidad de compartir en este espacio comentarios motivadores, como el que nos presenta esta amiga lectora que hoy nos escribe. Dios le ha dado dones tan especiales, que la convierten en un ser ejemplar. En verdad, solo con una filosofía de vida como la de ella se puede luchar contra la adversidad, no digamos para poder manejar de buena manera tantos problemas, que son parte de nuestro diario vivir. ¿Quién no tiene problemas en esta vida? La diferencia está en que hay quienes saben manejarlo con sabiduría y con una actitud positiva, para hacerlos menos difíciles. Sobre todo, porque aceptan las circunstancias adversas con más fortaleza espiritual, con más entendimiento y más fe.

Por eso es tan importante cambiar de actitud cuando las cosas no van bien. Sobre todo cuando nos resistimos a aceptar la realidad y no nos conformamos con lo que la vida nos da. Por ejemplo, el caso de esa madre que se siente muy sola porque sus hijos se casaron y se fueron a formar sus propios hogares. Esta es la ley de la vida y hay que aceptarla, porque igualmente lo hacemos todos y la solución está en comprenderlo y cambiar de actitud. ¿Cómo? Pues motivándose a sí misma, como lo hace nuestra comunicante de hoy, inspirándose en servir, cultivarse a sí misma y llenarse de amor por todo lo que le rodea. En estos tiempos no hay razón para aislarse.

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