Tal noción se remonta a Marcel Duchamp, quien desde 1913 abandonó los medios convencionales y se convirtió, juntamente con Picabia, en líder del movimiento Dadá neoyorquino.

Creador del ?ready-made?, o sea un objeto de producción masiva, escogido al azar y exhibido como obra de arte. Incluso llegaría tan lejos como exponer un urinario, creación que tituló ?Fuente?. Otra de sus célebres creaciones fue añadir bigotes a una reproducción de la Mona Lisa.

En la medida en que es posible derivar una base teórica de las ?incoherencias? del dadaísmo, el concepto de ?ready-made? parece que se deriva de la convicción de estos artistas de que la vida es un absurdo sin sentido. Lo que sí logró Duchamp es, destruir en parte, el aspecto sacralizado del gusto y cambiar el concepto de lo ?bello?.

Los antecedentes del conceptualismo en nuestro medio, hasta cierto punto han sido tímidos, sobre todo no se ha logrado que éste sea una experiencia colectiva, a pesar del intento de ?Octubre azul?. Como experiencia es de reconocer sus buenas intenciones, pero como resultado no cuajó.

Es probable que sea en Buenos Aires donde se registra una extensa trayectoria del arte conceptual, misma que excede sus fronteras, llevando un mensaje que permite descubrir ciertas claves para una mejor comprensión del tan mal llamado ?tercer mundo?. Uno de los grandes logros del arte conceptual fue, y es en gran parte, haber logrado salir del circuito de ciertas galerías tradicionales, que exponen en Latinoamérica sólo lo ?vendible?, vedando de esta manera posibilidades y oportunidades a los jóvenes artistas.

Lo ?vendible?, es generalmente lo muy conocido, y el ?ser conocido?, no se logra si no se expone, creando un círculo vicioso, que puede cerrar posibilidades al arte experimental latinoamericano.

La premisa fundamental de los jóvenes artistas es insertar los hechos artísticos, en la realidad del contexto social que nos rodea. Creo que es necesario que se plantee la necesidad de promover la ejecución de proyectos y muestras donde el arte, los medios tecnológicos y los intereses de la comunidad se conjugaran en un intercambio que ponga en evidencia la nueva unidad del arte, la ciencia y el entorno social en que vivimos.

Los antecedentes de conceptualismo ideológico aún están en vías de desarrollo; esto es fácilmente comprobable, en la muestra del grupo Comunicarte instalado en la sede del Consejo Nacional para la Protección de la Antigua Guatemala (Capuchinas). La excelente muestra de Erwin Guillermo, ya la conocíamos.

El arte conceptual y el artista que la realiza, favorecen el proceso de comunicación y establecen una relación entre creador y espectador. Esto lo logra con ironía el artista Alejandro Noriega. Su obra ?Diálogo entre artistas?, representa en forma virtual a un grupo de cinco artistas ?dialogando?, no sobre el arte sino sobre ?su arte?, de tal manera que en forma imaginativa esboza y dice, cómo el artista padece del mal de la egolatría, esto nos lo están susurrando los juguetes llamados ?Yo-yos?, colocados uno a uno sobre cada una de las sillas. Eso que podríamos llamar estrategia, Noriega lo maneja con inteligencia, sutileza y total soltura.

En el conceptualismo la idea es una alusión, el proceso de comunicación no se da por la representación simplista, sino por transferencias de energía, o por códigos (yo-yo), los cuales nosotros debemos traducir.