El nuevo sistema, que todavía no se ha probado en humanos, podría ayudar también a las más de 800 mil personas que usan bombas externas de insulina.
Los científicos de California, en colaboración con la empresa GlySens, han probado durante un año con animales de laboratorio un sensor de glucosa implantable y un sistema de telemetría que controla continuamente la azúcar en la sangre y transmite la información a un receptor.
“El sensor podría servir como un mecanismo de seguridad que prevenga la caída de los niveles de glucosa en la sangre”, dijo David Gough, de la UC.