Durante el desarrollo del espectáculo se presentaron 13 números bailables donde predominó el jazz. Cinco de las coreografías fueron estrenos, creación de la norteamericana Meghan Way. Escenografía sobria, notable trabajo de luces que resalta el arte de los bailarines, quienes efectuaron 12 cambios de vestuario. Elegante y colorido. El cuerpo de danza lucía muy bien visualmente, bien coordinado. En las líneas las bailarinas patearon alto. No tanto como las Rockettes de Radio City, pero ya casi.

La historia

Diecisiete estampas teatrales relatan la historia de dos hermanitos representados por José Castillo y Marcella Escobar, que cuestiona el significado de la Navidad. Completan el elenco tres agradables bailarines cómicos. Mario Mendoza, Raúl Boiton y Kenneth Schellenger, que junto con dos simpáticos clowns, Ana Estrada y Kike Domínguez, pintan de humor la noche en la que un reno nariz brillante guía al trineo de Santa Claus desde el misterioso taller en el Polo Norte, donde se hacen juguetes para niños que se portan bien todo el año.

Procesión de chinchines, jovencitos y caparazones de tortuga, posada de Navidad recorre los pasillos de la platea antes del gran final: una muy bien lograda estampa del nacimiento del Niño Dios.

Este es uno de los espectáculos más elaborados durante esta temporada. Su puesta en escena es resultado de una fuerte inversión económica y arduo trabajo. Rumores tras bambalinas sugieren que el año entrante habrá nueva historia. Desde ya es recomendable apuntar en la agenda del 2012: segundo fin de semana de diciembre, Navidad fantástica. Teatro Nacional, Producciones Saravandah.