HORRORES IDIOMÁTICOS Y ALGO MÁS

De mis lectores

MARÍA DEL ROSARIO MOLINA

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Dedico esta columna a responder algunas preguntas y observaciones de mis lectores.

Doña Lesbia de Juárez me escribe por el correo electrónico que constantemente lee: “le digo a los votantes que deben pensar muy bien su voto; le entregaron su DPI a guatemaltecos residentes en EE.UU.; le brindaron ayuda inmediata a los damnificados por la inundación” y me pregunta si es correcto usar el pronombre “le” de objeto indirecto —también llamado complemento indirecto o dativo— en singular si el objeto indirecto es plural, como en los casos que menciona. La respuesta es no.

El pronombre “le/les” carece de género, pero tiene número. Lo indicado es: “les digo a los votantes… les entregaron su DPI a los guatemaltecos… les brindaron ayuda inmediata a los damnificados…”. Agrego, aunque doña Lesbia no lo pregunta, que el “leísmo” consiste en usar el dicho pronombre en lugar de “lo/ los, la/las”, que son los correspondientes al objeto directo —complemento directo o acusativo—. Pongo ejemplos del mal uso: “Le saludo, estimada amiga, les saludo, estimadas amigas, les saludo, estimados amigos”; (el leísmo singular masculino se considera correcto por ser el más usado en España, tanto en el español antiguo como en el moderno). Lo adecuado es: “la saludo, estimada amiga; las saludo, estimadas amigas; los saludo, estimados amigos”, y de preferencia, especialmente en Hispanoamérica: “lo saludo, estimado amigo”.

Un amigo de Facebook me ha preguntado cuál es el nombre de las personas que sienten aversión por las mujeres y le respondo que es “misógino/a”, de “misoginia” (del griego “miso” odiar) y al incluir el DRAE el femenino se entiende que también las mujeres pueden sentir aversión por su mismo sexo. La persona que siente aversión por el género humano se llama “misántropo/a”, según su sexo y viene de misantropía. Es “androfóbico/a” o “andrófobo/a”, de “androfobia” o “misándrico/a”, de “misandria”, quien siente odio por los hombres, sea hombre o mujer. Me pregunta también por qué si “homo sapiens” es el nombre que se le da al hombre que según la teoría de la evolución ha alcanzado su aspecto físico e inteligencia actuales, se llama “homofóbico/a u homófobo/a” a quien siente aversión por los homosexuales. La razón es que el término “homosexual” está formado por el elemento compositivo “homo” que significa “igual”, del griego, y el adjetivo “sexual” (“homosexual” se refiere tanto a hombres como a mujeres que sienten inclinación por su mismo sexo). En cuanto al “homo sapiens”, es latín, y en ese idioma “homo” significa “hombre” y “sapiens” sabio. Un par de ejemplos del uso en latín de “homo” son: “Homo homini lupus”, traducido como el hombre es lobo del hombre, frase original del comediógrafo latino Plauto. “Ecce Homo”: he aquí al hombre, palabras de Poncio Pilatos cuando presentó a Jesús ante la multitud (Evangelio de San Juan).

selene1955@yahoo.com

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