El escritor guatemalteco Dante Liano, quien reside en Italia, considera a Asturias como “el mayor escritor guatemalteco de todos los tiempos”. Comenta que una de las pruebas de su afirmación son “los desaforados intentos de cada generación posterior por demoler su figura, inventando los argumentos más disparatados, que van desde el ataque personal al ataque de su estética”.
Liano asegura que la influencia de Asturias en la literatura hispanoamericana y en la española es grande. “Logró manejar el idioma como casi nadie lo ha hecho desde el Siglo de Oro español. De él se puede decir su capacidad de invención, a la que solo la de Gabriel García Márquez se le asemeja”.
Miguel Ángel Asturias dejó un legado en la literatura guatemalteca. (Infografía Prensa Libre: Kevin Ramírez)
La aseveración de Liano es refutada por muchos estudiosos, porque se le atribuye a García Márquez el título de padre del realismo mágico, un estilo literario que lanzó al colombiano al éxito mundial; sin embargo, Asturias comenzó antes con creaciones de ese corte, opinan otros.
“Asturias fue el primero que cultivó el realismo mágico en América Latina. El padre de la expresión fue el pintor alemán Franz Roh, en 1925. Luego lo cultivaron Juan Rulfo y Alejo Carpentier. García Márquez llegó mucho después. Pero como se volvió mediático, todo el mundo cree que él inventó ese estilo”, explica el escritor guatemalteco Mario Roberto Morales.
APORTE LITERARIO
La obra del Nobel de Literatura 1967 ha trascendido en las letras universales, la cual define Morales como “una versión estética de nuestra interculturalidad”.
Liano opina que Asturias comparte mérito, en cuanto al aporte intelectual al país, con otros ilustres escritores como Luis Cardoza y Aragón, Augusto Monterroso y Mario Monteforte Toledo. “Ellos le dieron a nuestra literatura un nivel universal que debe ser la aspiración de todo aquel que viene después. Hicieron perder el complejo de subdesarrollo y de inferioridad a nuestra literatura”, expresa.
Sin embargo, Liano concluye en que Asturias dejó a todas las personas de habla hispana una lengua de lujo, que era el español de los guatemaltecos elevado a sus potencias artísticas mayores.