Para alcanzar estos resultados, le suministraron oxitocina mediante un aerosol nasal a un grupo de 40 hombres heterosexuales que vivían con su pareja en el momento del estudio. Así se descubrió que al ver a la pareja esta hormona se ocupa de activar el centro de gratificación en el cerebro masculino y fortalecer de este modo los comportamientos monógamos en los hombres.
Como una droga
Este mecanismo biológico actúa de manera parecida a una droga, ya que tanto en el amor como en el consumo de drogas se busca estimular el centro de satisfacción del cerebro, explicó el director del estudio, René Hurlemann.
Según apuntó el científico, la oxitocina estimula el contacto entre las parejas, ya que por medio de este se mantiene alto el nivel de la hormona, lo cual repercute en una potenciación de la relación sentimental.