Los sicólogos opinan que ambas cosas son importantes. En el primero de los casos, porque se está complaciendo los deseos del pequeño y se divertirá con el obsequio; y en el segundo, porque además de jugar estará desarrollando otras habilidades, desde cognoscitivas ?con los rompecabezas por ejemplo? hasta de socialización ?juegos de mesa.

La clave está en brindarles algo que en verdad les agrade.

Sin embargo, algunas veces sus deseos parecieran ?a la vista de los adultos? no ser los que se adecúan a sus roles.

¿Qué hace si su niña de cinco años en repetidas ocasiones le sugiere que anhela tener un carro de control remoto o bien, un muñeco de guerra supuestamente creado para varones?, y ¿Qué tal si su hijo en un supermercado ve a una muñeca, la señala y le indica que quiere una de esas?

A criterio del siquiatra y consejero matrimonial Otto Dany León, ante situaciones como éstas se debe propiciar el diálogo y cuestionar: ¿Por qué te gustaría tenerla? ¿Con quién vas a jugar?

Y es que una sociedad con elementos machistas, no reprueba tanto que una niña juegue con artículos considerados para los varones, pero sí a la inversa, lo cual se debe a un patrón cultural muy arraigado en donde los roles para mujeres y hombres están bien marcados, y suelen estar mal vistas las personas que los transgreden.

No se alarme

La orientadora familiar Ana Lucía Rosel comenta que no tiene porqué ser motivo de preocupación el hecho de que un varón manifieste algún interés por juguetes que supuestamente son exclusivos de las niñas, pues finalmente, la sociedad, cultura y educación son los que han creado esos estereotipos.

Es importante no ser tajante al decirle ?eso sólo es permitido para las niñas (o niños)?, porque entonces se le está transmitiendo un mensaje que puede demeritar las actividades que ejecutan las personas del sexo opuesto.

Mejor trate de orientarlos y ayudarlos a definir su rol, indicándoles a los varones que está bien que jueguen muñecas, les cambien pañales y les den biberón, pero siempre en el papel de padres.

Con las niñas en cambio suele ser diferente porque en la actualidad hay muchas que llevan a cabo tareas que anteriormente eran propias del género masculino tal como jugar fútbol o manejar autos, puntualiza Rosel.

Para pasar el rato

Los juguetes educativos son una excelente opción pues los pueden usarlos hombres y mujeres indistintamente, señala León.

Además de ser entretenidos, desarrollan muchas habilidades como pensamiento lógico, razonamiento y memoria, entre otros. Los juegos promueven la socialización, fomentan el cumplimiento de las reglas y enseñan a seguir instrucciones.

El regalo ideal

Los juguetes deben ser acordes a la edad, pero de preferencia ser enfocados hacia el desarrollo del niño en su nivel intelectual y cultural, y que le sirva no sólo como una recreación sino de apoyo.

Las pistolas, por ejemplo, exacerban la agresividad en el niño y por ello se debe evitarlas.

Por otro lado las muñecas y trastecitos, marcan la diferencia de géneros y pueden incrementar el machismo dentro del proceso de aprendizaje.

Lo más recomendable es regalar juegos educativos, de los cuales existen opciones para diferentes edades, entre ellos: juegos de memoria, rompecabezas, pictionary, (hacer el dibujo de algún elemento escrito en una tarjeta, para que el quipo contrario adivine qué es), dominó, tangram, (diferentes piezas de figuras geométricas con las que se pueden formar varios elementos), scrabble (similar a un crucigrama, e ir formando palabras con las piezas), sugiere la sicóloga Nineth Morales.

También es recomendable obsequiar aquellos artículos que se acomoden a los intereses de los infantes y les ayuden a desarrollar las destrezas para las cuales tengan cierta habilidad. Por ejemplo, si la chica tiene inclinaciones musicales, qué tal una guitarra o una batería. Si le gusta leer, empiece a crearle su biblioteca; si canta, un micrófono o una grabadora y discos. Trate que el momento en que los pequeños abran el regalo sea alegremente inolvidable.

Fuentes consultadas

Siquiatra y orientador familiar Otto Dany León: 5258-7543; sicóloga Ninneth Morales: 2385-7585; orientadora Ana Lucía Rosel: analurosel_p@yahoo.com; Juguetes Kasperle, Plaza Cemaco: 2385-4050, 6633-9518.

Para cada edad

Obsequie juguetes que estimulen sus habilidades. De 0 a 3 años, deben encaminarse al desarrollo de los cinco sentidos. Más adelante, las áreas del lenguaje, memoria, observación y razonamiento. Se sugieren:

De 2 y 3 ½ años. Armar, desarmar y construir será muy estimulante. La motricidad fina ya se ha desarrollado como para utilizar materiales más complejos de manipular. Piense también en témperas, acuarelas, tijeras.

Juguetes para construir. Estos desarrollan la inteligencia espacial del niño y lo mantendrán entretenido durante horas.

Rompecabezas grandes. Los juegos que ponen a prueba el ingenio, cuando son adecuados al nivel del desarrollo, resultan muy atractivos.

De 3 años y medio a 5. La curiosidad aumenta y hace constantes preguntas. Autos, aviones u otros vehículos para construir.

Libros con historias más complejas, troquelados, para completar, que respondan a las preguntas que empiezan a formular, relacionados con la aritmética, resultan atractivos y estimulantes. Lupas y binoculares.

De 5 a 7 años. El interés del niño comienza a volcarse hacia actividades intelectuales como la lectura, la escritura y la aritmética. Muñecas para vestir, reproducción a escala de máquinas registradoras, electrodomésticos, cámaras fotográficas y otros objetos.

Equipos para manualidades. Trenes eléctricos. Libros que estimulen la lectura adecuada al nivel de la madurez del pequeño. Uno simple le aburrirá y uno demasiado complejo lo hará pensar que la lectura es algo muy difícil para él y se alejará de ella.

Instrumentos musicales, juegos de mesa.Después de los 7. Juegos de mesa complejos como el ajedrez, video juegos, modalismo.

Fuente: Juguetes.idoneos.com.

Juego y rol

Para que una persona se desarrolle maduramente tiene que tener una definición del papel que realice en cualquier actividad: familia, amigos, colegio, grupos, etc. Parte de la vida es establecerlo.

Existen roles propios de la mujer y del hombre, pero esto no significa que tengan exclusividad, pues ambos pueden compartir tareas. Por ejemplo, los hogares funcionan bien cuando éstos están bien definidos, pero aún más cuando las tareas se comparten, comenta el siquiatra Otto Dany León.