En las cintas de acción y de terror, la muerte desempeña siempre un papel principal; asesinatos, accidentes, suicidios, son invariablemente punto de partida para realizar una película taquillera, pero, lo que finalmente hace la diferencia entre un trabajo grotesco y uno bien logrado es la habilidad y sutileza del director para justificar lo que el público verá en la pantalla.

En cartelera se encuentra el más reciente film de Martin Campbell, Límite Vertical, quien, entre otros créditos, tiene en su haber Goldeneye de la serie de “007”. La cinta inicia tratando de ubicar la acción, por medio de un drama familiar, en donde padre y sus dos hijos, al estar escalando una montaña, de pronto se ven arrastrados accidentalmente al vacío por quienes después de un breve forcejeo caen irremediablemente, quedando suspendido solamente el grupo familiar.

Entonces el padre le pide al hijo que corte la cuerda que lo sostiene. El padre muere y los dos hermanos se salvan, así de fácil, fin de la escena. Tres años más tarde, el hijo aparece sonriente, fotografiando tigres en el Himalaya.

De ahí en adelante, todo lo que sucede, además de fácil es totalmente predecible. Se supone que de la decisión de sacrificar al padre a cambio de sus vidas ha de generarse un grave conflicto entre hermanos, pero claro, ésta no es una cinta dramática, sino de acción, por lo tanto los conflictos no son importantes.

La historia entonces se vuelve intrascendente, con detalles que rayan en lo cómico: imagine a seis escaladores en una misión de rescate, subiendo en parejas la cima más alta del mundo, tres de ellos con un recipiente lleno de “Nitroglicerina” en la mochila, por supuesto ignoran que los rayos del sol pueden hacerla explotar (cualquiera que haya visto Los tres chiflados o El correcaminos sabe que la “Nitroglicerina” es muy volátil, más si se expone al calor).

El final es lo mismo que el principio, (por suerte el padre no resucita).

Límite Vertical, dirigida por Martín Campbell, protagonizada por Chris O’donnell, Bill Paxtón, Robin Tuney y Scott Glenn, es una película de baja calidad, en donde la gente muere de forma fácil, absurda y sin justificación.

Si usted la ve, es recomendable que lo haga en día miércoles, pues ese día las entradas son a mitad de precio. La película fue estrenada, recientemente, en 12 cines.