La obra
Hernández presenta un montaje lleno de parodia, malabares y actos circenses. “Revuelta la vuelta surgió de un taller de Laboratorio de teatro, en Artes Landívar. A nosotros se nos propuso crear un montaje y nació esta idea”, recuerda Hernández.
Revuelta la vuelta es una historia llena de sueños y juegos. “Todos tenemos sueños, tenemos metas, pero, ¿qué hacemos para que estos se hagan realidad? ¿Luchamos por ellos, los buscamos, los construimos? ¿Qué sucede cuando no los alcanzamos? De eso se trata el montaje, es un tributo a lo onírico, esto desde el silencio que le pongo al malabarismo”, dice Hernández.
El público encontrará en la obra una propuesta fresca y diferente. “No tenemos música, no tenemos más allá del sonido que provocamos con el cuerpo, la respiración, el pulso, las ideas. Llegarán a ver a un malabarista fuera del circo y un actor que arma piruetas en sus sueños. Será un acto íntimo”, agrega.
El personaje
Miguel Hernández comenzó su carrera en el taller de teatro de Rayuela, en el 2001. Luego continuó su formación con diversas participaciones en múltiples montajes, y posteriormente descubrió su habilidad para el malabarismo, que combinó con su formación teatral.
En 2007 integró el Taller Experimental de la Universidad Rafael Landívar, y dos años después viajó a México para continuar con su formación.
En el 2013 regresó a Guatemala para impartir talleres en Artes Landívar.
Revuelta la vuelta es su primera propuesta escénica como creador y productor, y esta contó con la asesoría del dramaturgo Víctor Barillas.
