A un niño se le reventó un globo y su abuela lo remedió cosiéndole un parche con hilo y aguja. Así se me ocurre que puede ser la reforma a la ley contra la obscenidad, recién aprobada por el Congreso de la República.
Pero recordémosle que no es lo mismo coger al toro por las partes que por los cuernos. Es una ley tan mal redactada y absurda, en la cual un censor del Ministerio de Cultura deberá decir: ?Esto es obsceno, válgame Dios?, ?Esto no es obsceno, lo autorizo para su publicación?.
Por cierto, imaginemos qué pasaría si tal censor fuera un maniático libidinoso, con las paredes de su habitación tapizadas de pósters eróticos, y además fuera adicto a los videos locos. O si por el contrario, se tratara de un censor cuarentón y virgen que ve símbolos fálicos en los vehículos que echan humo por la parte de atrás.
La ociosidad es la madre de las ciencias y de los vicios. La reforma a esa ley es tan tonta que tolerarla cuesta un huevo de la cara, digo, un ojo de la cara.
Por las calles del Centro Histórico de Guatemala hay exhibicionistas que se colocan los pantalones deportivos tan tallados como si fueran licras. Muchos hombres orinan a todas horas sobre ese Patrimonio Cultural de la Nación. Los vecinos del Cerro del Carmen tienen años de pedir que les alejen del barrio a las prostitutas que, hay que decirlo, para hacer aguas se levantan la falda al lado de cualquier árbol. Y nadie les hace caso (a los vecinos, por supuesto).
A los congresistas jamás les ha importado el bienestar público. Ahora, según parece, la mentada ley fue originada debido a la venta en las esquinas de una revista que se titula Sexo Libre, en cuya portada aparecen señoritas vestidas sólo con dos zapatos.
Pero la medida es tan tonta que recuerda lo del albañil que mencionaba al principio. Y nos trae a la mente el ?Diccionario de burradas?, creado y difundido por el español Xosé Castro Roig. No sería mala idea crear la versión política chapina.
Los que opinan
Algunos formadores de opinión se han pronunciado en contra de esa ley. Hay frases muy bonitas: Dina Fernández: ?El pretexto que motiva esta arremetida eferregista es una publicación asquerosa?.
Carolina Escobar Sarti: El ?contraste entre ladrones disfrazados de políticos y seres humanos carentes de todo, es obsceno?.
Carolina Vásquez Araya: ?Para mi abuela Carolina, obsceno era todo lo que tenía que ver con reproducción humana (…) Por lo tanto, obsceno podía ser desde un beso hasta la palabra pene (que la ?gente decente? no pronunciaba jamás)?.
Y es sensato lo que dice doña Margarita Carrera: ?Los diputados del FRG que promulgaron la ley contra la obscenidad (…) sin duda tratan de ganar votos de las sectas religiosas que abundan en Guatemala?.
Así que, ojo, si no está mal la escritora, cientos de almas bendecirán la ley y pagarán con votos.
Lo que dice Carolina Vásquez hace recordar otras palabras que antes eran obscenas: ?coito?, ?supositorio?, ?orgasmo?, ?prepucio?, ?genital?, y otras que acaso usted se queda pensando y que mejor yo no escribo porque, qué tal si me está leyendo el censor y va a querer meterme preso… Uy, compermiso.
Anuncio: No se pierda los espectáculos más obscenos y sucios jamás vistos en la Historia de la Humanidad, protagonizados por el Gobierno de la República de Guatemala. Funciones de lunes a viernes en horas hábiles. Sábados y domingos a las 17 horas. Actúan como sus novias: Las Hermanitas Masacuata interpretando a la mentira y el robo.
Admisión: Un voto.
Fin.