Salud y Familia

Cómo hacer que los perros y los gatos se lleven bien

Contrario a lo que se plantea en las caricaturas, los gatos y perros sí pueden cohabitar.

Un elemento recurrente en las caricaturas animadas o en las cintas para niños es que un gato y un perro son enemigos. Se corretean por la casa, mientras uno ladra y el otro maulla. Una contienda por obtener el sillón o los espacios más cómodos del hogar.

La realidad es otra. Aunque también es una realidad bastante compleja. Cuando se encuentra un gato y un perro, existe la incertidumbre de cuál será el desenlace de ese encuentro.

Sin embargo, el panorama es alentador. Los expertos afirman que hay posibilidades que el encuentro entre esas dos mascotas, pese a la diferencia de especies, puede ser bueno.

Aunque coinciden ambos que varios factores lo determinan. Debe ser un proceso marcado por la paciencia, el conocimiento y, principalmente, acompañamiento por parte de los humanos en casa.

Las diferentes características

La forma de ser e interactuar son distintas si se compara un gato con un perro. Es algo que incluso va más allá de las especies, pues también entran en juego las razas.

¿Cómo será el primer contacto entre las mascotas? (Foto Prensa Libre: Pexels / Sharon McCucheon).

“Son animales con ecologías diferentes”, asegura Alejandro Mármol, biólogo. “Los perros son más sociables y necesitan estar en manada, mientras que los gatos prefieren estar en soledad, salvo que estén en un período de apareamiento o sean crías”.

Esa es una de las diferencias principales entre ambos. También explica por qué los perros suelen atender más a las instrucciones de los humanos, además que entra en juego el rol de un alfa en la manada, que debería ser la persona, indica el experto.

“Si no se toma el lugar del alfa, los perros suelen estar desorientados”, asegura. “Depende de las razas, pero principalmente tiene que ver la interacción con las personas”.

Sobre los caninos, se debe tomar en cuenta que son territoriales. Depende de hormonas o gestos, que pueden ser enseñados por el humano, lo que determina su interacción con otras especies, incluso con otros perros. Aclara también que pese a que se castre o esterilice a los animales, baja el nivel de las hormonas pero no se elimina, por lo que existe esa intención de marcar territorio.

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“Los gatos —por el contrario— no necesitan una compañía. Si no quieren, no quieren. Depende de la personalidad y cómo fue la interacción inicial con los humanos. Hay algunos que buscan el contacto y otros que no; algunos son agresivos, otros observan”, complementa Mármol.

Cómo congeniar esas personalidades

Pese a esas diferencias, sí es posible que ambas especies se lleven bien entre sí, o al menos compartir un espacio sin actitudes confrontativas o violentas.

El veterinario Denis Ochoa sostiene que es importante el acompañamiento que den los humanos del hogar para que se establezcan los procesos sociales de cada uno, además de respetar sus características.

“Depende del dominio que las personas tengan sobre el perro o el gato”, comenta. “Es importante notar que el primer animal que llegó a casa se siente en su territorio, mientras que el otro intentará marcarlo”.

Ambas especies tienen diferentes formas de interactuar y el contacto entre ambas debe ser sin presiones (Foto Prensa Libre: Unsplash / Anusha Barwa).

Sobre ello, Mármol explica que los gatos, por ejemplo, suelen elegir lugares donde acostarse y estar. Es allí donde se sienten cómodos. Es importante que la nueva mascota no perturbe esas áreas.

“Si sienten que esos espacios son amenazados, los gatos pueden sentir estrés”, explica el biólogo. “Es importante que ese contacto inicial entre ambos animales ocurra a su propio ritmo y no forzarlo. Además, es recomendable aislar temporalmente al nuevo huésped”.

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Con apartar no se refiere a encerrar en una caja, sino en una habitación, jardín o área delimitada. Además, la interacción será más cómoda si el nuevo visitante es un cachorro.

Porque finalmente los animales responden a estímulos, el control del humano en casa es determinante para establecer jerarquías, agrega Ochoa. “La persona ya conoce el comportamiento de uno de los animales. Ya saben cuándo van a ser agresivos, y es ahí donde se puede intervenir”, dice.

Tenga paciencia y permita que los animales interactúen (Foto Prensa Libre: Unsplash / Alexis Chloe).

Sobre si la relación entre perro y gato será exitosa, es difícil determinarlo, afirma Mármol. “Es de evaluar constantemente y fijarse en el comportamiento”, menciona.

Explica, además, que ambos animales son susceptibles a la personalidad y emociones del humano. Si uno está ansioso, las mascotas lo sentirán y expresarán. “Hay que estar presente de una manera tranquila”, concluye.

Puntos clave para favorecer una buena relación animal

  • Procure que cada mascota tenga un lugar específico para comer. Estos deben estar separados significativamente. La de los gatos puede estar en un lugar elevado, pues su desplazamiento es más sencillo.
  • La presentación debe ser tranquila y sin presiones. Intente no levantar ni abrazar al gato. El perro puede estar controlado con una correa. Permita que ambos se olfateen entre sí.
  • Tenga paciencia en el proceso. Una buena relación puede tomar varios días o semanas.
  • Considere tener juguetes separados y específicos para cada animal. A los gatos suelen gustarle los lazos o los espacios para afilar sus uñas, por ejemplo; los perros, por su parte, disfrutan de los balones o peluches.

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