Salud y Familia

Cuáles son los principios para ser una mujer empoderada

El empoderamiento es clave para que las mujeres logren su desarrollo personal en distintos ámbitos como el social, emocional y económico. ¿Cómo pueden lograrlo? Esto dicen las expertas.

Una mujer empoderada tiene las posibilidades para trabajar en su desarrollo personal y cuenta con el poder de decidir a dónde dirigirá su vida. De acuerdo con Lilian López, psicóloga clínica, la participación de la mujer está relacionada con su empoderamiento. “Esta debe darse en igualdad de condiciones con los hombres y aquí entra la igualdad de género”, dice.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “la igualdad entre los géneros no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible”. Pero la realidad es que muchas mujeres en el mundo todavía sufren algún tipo de violencia física, sexual, económica o doméstica.

La igualdad de género es el quinto objetivo de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU, según la cual “si se facilita la igualdad a las mujeres y niñas en el acceso a la educación, a la atención médica, a un trabajo decente, y una representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas, se estarán impulsando las economías sostenibles y las sociedades y la humanidad en su conjunto se beneficiarán al mismo tiempo”.

López indica que una mujer debe buscar su participación, hacer escuchar su voz y, de esta manera, avanzar. Sin embargo, muchas veces los límites podrían estar desde los ámbitos públicos y privados. Para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), “es vital asegurar que las mujeres tengan voz y voto en todas las instituciones de gobierno, desde el poder judicial a la función pública, así como en el sector privado y la sociedad civil, para que puedan participar en igualdad en el diálogo público y la toma de decisiones, e influir en las decisiones que determinarán el futuro de sus familias y países”.

Aunque ha habido algunos avances, las estadísticas del PNUD indican que las mujeres siguen estando poco representadas en los distintos espacios, que la violencia se ejerce sobre ellas y que todavía falta educarlas. Por ello, es conveniente trabajar en el empoderamiento femenino.

Todo empieza desde la crianza

¿Sabía que las niñas dedican 160 millones de horas más que los niños, cada día, a las tareas del hogar? Este es un dato proporcionado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Esta información evidencia que, desde el hogar, se hace una diferenciación en la educación de los niños y que se establecen los roles de género.

Pamela Ruiz, psicóloga clínica, explica que un rol de género es “el papel que desempeñamos en nuestra sociedad y cultura dependiendo de si somos hombres o si somos mujeres. Es definir que ciertas actividades son exclusivas de hombres y otras solo de mujeres”.  Esta es una práctica frecuente en la cultura guatemalteca y, según Ruiz, esto no debería de ser así porque ambos sexos tienen la misma capacidad cognitiva.

López comenta que las labores domésticas son para todos, hombre y mujeres. “No se trata de que las mujeres son para la casa. Debemos comenzar por una crianza enfocada en la igualdad. Que los hijos sepan que tienen las mismas capacidades para estudiar, para tomar decisiones y que las mujeres no deben depender forzosamente de un hombre en el futuro”.

A partir de la educación en casa, debe transmitirles – tanto a las niñas como a los niños – que ambos tienen capacidades que deben desarrollar durante el proceso de crecimiento. “La formación debe empezar desde casa y el resto es externo”, añade López.

Ser independientes y autónomas

Un criterio importante que inculcar en la educación de las niñas es que aprendan a ser responsables de sí mismas y que tengan la opción de ser independientes. Pero también es necesario darles la oportunidad de estudiar, de formarse y que sean profesionales, pues, de acuerdo con López, esto va de la mano con el aspecto económico.

Según un informe de Unicef, Plan Internacional y ONU Mujeres, aunque cada vez es mayor el número de niñas que van a la escuela y permanecen en ella, el entorno todavía no es equitativo y todavía hay violencia hacia ellas. Así que la educación es un tema clave que hay que reforzar para que las niñas tengan mejores condiciones de vida.

La psicóloga López explica que, si se les da las posibilidades de educarse, también tendrán herramientas para crecer a nivel mental, tendrán una apertura de visión y una capacidad de analizar para elegir a dónde dirigirán sus vidas. “Cuando se forman a nivel profesional, se les abren oportunidades para definir hacia dónde quieren crecer, tienen más opciones. Desde el punto de vista social, al salir al mundo, pueden encontrar esas oportunidades para demostrar sus conocimientos y capacidades y, a su vez, seguirse formando”, comenta.

14 de cada 100 mujeres están dentro del sector de trabajo doméstico, el cual aún constituye la ocupación más importante para las mujeres en América Latina, según ONU Mujeres. Eso se debe a una relación de poder ejercida por el hombre sobre la mujer, su pareja. Se trata de los roles tradicionales de género.

López indica que a las niñas se les debe enseñar que, aunque en algún momento se casen y formen una familia, esto no debe ser sinónimo de depender de su pareja. “El hogar es de ambos y, así como las labores domésticas, ambos deben colaborar en lo económico. Muchas veces no es suficiente que solamente trabaje uno de los dos”, dice. Además, que la mujer trabaje le permite desarrollarse en lo laboral y tener mayor independencia.

Qué hacer para empoderarse

Acá se incluyen algunas sugerencias:

Conózcase a sí misma

Para trabajar en el proceso de empoderamiento, es fundamental que se pregunte “¿quién soy? ¿qué quiero hacer? ¿qué me gusta?”. Esto le permitirá tener una visión de sí misma e iniciará un camino de decisiones, de escoger qué hará para desarrollar sus capacidades. “Muchas veces no sabemos qué queremos. El punto es averiguarlo por medio de una exploración. Una vez definido esto, debe entrar en el campo de la acción”, dice López.

Lo ideal es buscar actividades que se acoplen a sus gustos, que les motiven a llevarlas a cabo y, al mismo tiempo, generar ganancias económicas. “Busque ocupaciones que llamen su atención. Si no cuenta con el tiempo o la facilidad para movilizarse, opte por el recurso tecnológico”, indica.

Trabaje en su autoestima

También es importante que fortalezca su autoestima. Ruiz comenta que, en ocasiones, nos dejamos por un lado. Lo más saludable es saber valorarse, reconocer su cualidades y creer en sí misma.

Establezca metas

Parte de ser una mujer empoderada es tomar decisiones. Plantéese objetivos y realice un plan. Lo mejor es no compararse con otras personas, sino llevar a cabo sus propios proyectos. “Muchas veces nos dejamos llevar porque a una persona le fue bien en algo, pero tal vez sea una actividad que no nos guste y podríamos dejarla a medias. Si no tiene claridad, busque indicios de lo que le gusta”, recomienda López.

Al saber qué quiere lograr, será más fácil plantear las metas y enfocar sus recursos en ese camino. “Con esto se sentirá capaz, verá cómo avanza en la vida y alcanza sus metas. Esto la motivará, buscará su crecimiento y hará escuchar su voz”, indica.

Nunca es tarde para empoderarse

Si bien es cierto que lo ideal es empezar el empoderamiento desde la niñez, nunca es tarde para hacerlo. “No hay que resignarse. Hay que darse cuenta de que pueden desarrollarse, encontrar en qué pueden realizarse y buscar las herramientas”, comenta López.

Haga valer sus derechos

Si se encuentra en una etapa en la que desea crecer, empiece por defender sus ideas, sus proyectos y todo aquello que desee realizar. “Si tiene pareja, recuerde que debe recibir su apoyo. Si está en un hogar en el que no se le permite desarrollarse, hacerse escuchar, trate de educar a su pareja y hágale ver esta necesidad”, recomienda López. “Evalúe la situación, pregúntese en dónde se encuentra y avance poco a poco, un paso a la vez”, indica.

Haga valer sus derechos en casa, pero también en otros ámbitos como el laboral. Según investigaciones de ONU Mujeres, en una comparación de salarios de personas que realizan un mismo trabajo, que ocupan un mismo puesto, dentro de una misma empresa, se identificó que existe una diferencia salarial entre del 15% entre hombres y mujeres, donde ellos tienen un salario superior. A esto se le conoce como “brecha salarial de género”.

Para Ruiz, el trabajo de una mujer no debe ser menos valioso. “Merecemos la misma remuneración y el mismo reconocimiento. No nos limitamos a roles de género”, expresa.

ESCRITO POR: