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¿’Sobriedad ocasional’? Cómo adoptar el consumo consciente de alcohol

El enfoque del consumo consciente también recurre a estrategias similares a la terapia conductual cognitiva.

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¿‘Sobriedad ocasional’? Cómo adoptar el consumo consciente de alcohol

Según Stoller, la bebida reduce nuestra visión del mundo. Foto Prensa Libre: Eric Helgas/The New York Times

Lo que se conoce como “Dry January”, o “Drynuary”, para los iniciados (enero sobrio o sobrienero), le ofrece a su cuerpo y mente la oportunidad de reiniciarse y reflexionar tras la inflamación y el agotamiento de la temporada. Para un movimiento tan sonado, la estrategia de reducir el consumo de alcohol para vivir el momento con mayor plenitud puede, y debe, hacerse durante todo el año; sin embargo, en lugar de eliminar el alcohol por completo, cada vez más personas se inclinan por la “sobriedad ocasional”, explorando elementos de un estilo de vida con menos alcohol pero sin abstenerse por completo.

El “Mindful drinking” (consumo consciente), una frase y filosofía que lleva la autorreflexión de la meditación a una copa de vino o una cerveza, se ha vuelto cada vez más común en los últimos años, señaló Rosamund Dean, una periodista de Londres que en 2017 publicó un libro basado en ese término. Dean aseveró que quería ser más consciente en cuanto a su relación con la bebida en lugar de ver el alcohol como un hábito o un apoyo.

“Iba a algún evento de trabajo donde había vino blanco malo y barato y me lo tomaba”, o “acostaba a los niños después de un día atareado y abría una botella”, narró. “Es el consumo que haces sin pensar en él realmente”. Por el contrario, beber con conciencia significa “estar consciente de su comportamiento en cuanto a su decisión de beber alcohol”, por ejemplo, contar cuántos cocteles se toma en una noche o prestar mucha atención a por qué, dónde y cuándo le dan ganas de beber.

Esta mentalidad de moderación puede resultar atractiva para las personas que buscan maneras de reducir los hábitos problemáticos que desarrollaron durante la pandemia. Los estudios han demostrado un aumento impactante del consumo problemático de alcohol en el último año, en especial entre las mujeres. A medida que la pandemia se prolongaba, “tuvimos un verdadero pico de personas que acudían a nosotros”, comentó Millie Gooch, quien fundó el colectivo Sober Girl Society en 2018. La comunidad conecta a mujeres sobrias y “sobrias ocasionales” para eventos como “almuerzos sin alcohol” y charlas en desayunos virtuales.

Ruby Warrington, una escritora de Nueva York, comenzó a utilizar el término “sobria ocasional” hace cinco años. En aquel momento, según narró en una entrevista, sus hábitos de consumo de alcohol parecían estar bajo control: nunca perdía el conocimiento ni bebía más de dos noches seguidas, pero bebía más de lo que quería; no se sentía capaz de negarse. Warrington anhelaba tener una estrategia intermedia en cuanto a la bebida: la capacidad de cuestionar su relación con el alcohol sin terminarla por completo. En 2018, publicó “Sober Curious: The Blissful Sleep, Greater Focus, Limitless Presence, and Deep Connection Awaiting Us All on the Other Side of Alcohol”, estructurando la filosofía detrás de lo que ella llama “elegir cuestionar” su impulso de beber.

Warrington afirma que cuestionar los hábitos de consumo de alcohol suele llevar a las personas a adoptar estrategias de consumo más conscientes.

La evidencia científica sobre la eficacia del uso de la atención plena para moderar las conductas de consumo de alcohol es limitada. Un estudio de 2017 con 68 bebedores empedernidos en el Reino Unido reveló que quienes recibieron 11 minutos de instrucción de atención plena redujeron su consumo de alcohol de manera significativa la semana siguiente. Es posible que esta “microdosis de meditación” haya ayudado a los participantes a regular sus emociones, animándolos a confiar en la atención plena cuando en otras circunstancias habrían recurrido al alcohol para sobrellevar el estrés, señaló Sunjeev Kamboj, profesor de psicología en el University College de Londres y autor principal del estudio.

El enfoque del consumo consciente también recurre a estrategias similares a la terapia conductual cognitiva, una intervención psicológica utilizada para tratar la depresión y la ansiedad, según Kenneth Stoller, profesor adjunto de psiquiatría y ciencias conductuales en la Johns Hopkins University School of Medicine. Al animar a las personas a identificar el impacto que tiene el alcohol en sus pensamientos, sentimientos y conductas, el consumo consciente puede ser una herramienta efectiva para quienes buscan reducir su consumo de alcohol, señaló, pero no para alguien que ya tiene problemas con su forma de beber o un trastorno de alcoholismo grave.

Algunos expertos y veteranos de la “sobriedad ocasional” ofrecieron consejos para ser más reflexivos con el alcohol.

Deténgase y reflexione

Warrington recomienda que las personas interesadas en reducir su consumo eliminen el alcohol de su vida durante un periodo prolongado, por lo general de 30 a 100 días. Esa pausa es una oportunidad para reflexionar, dijo. Pregúntese por el papel que desempeña el alcohol en su vida y los momentos de su rutina diaria que le hacen desearlo (una cena de fin de semana con amigos, un episodio de televisión antes de acostarse) y busca otras maneras de llenar los vacíos.

Stoller aconseja reflexionar sobre lo que le gusta y lo que no le gusta de la bebida. ¿Lo que le atrae es el sabor del alcohol? ¿La sensación de embriaguez en su cuerpo? Identifique la cantidad de alcohol que consume por lo general para tener un efecto determinado y luego piensa en las facetas de la bebida que menos disfrute, como la resaca o la sensación de perder el control. Expresar estos aspectos de su vida de bebedor puede ayudarle a establecer pautas realistas para reducir el consumo, señaló.

Idee un plan

Según Stoller, la bebida reduce nuestra visión del mundo, creando lo que algunos psicólogos denominan “miopía alcohólica”: nos centramos solo en el momento presente. Por eso es fundamental establecer un plan de consumo consciente con antelación, dijo. Esto puede incluir beber con un amigo que también practique el consumo consciente, asegurarte de comer mientras bebes y pedirle al mesero que utilice la mitad de la cantidad de alcohol en un coctel. Estos trucos disminuirán el índice de alcohol que entra en su organismo, explicó, lo que puede ayudarle a ser más consciente con las bebidas que decida consumir.

Dean se ciñe a lo que llama la regla de tres: tres copas o menos y no más de tres noches a la semana. Con frecuencia, termina bebiendo menos que eso, dijo, y tener un límite estricto la hace saborear cada bebida.

Cuestiónese

Gooch anima a quienes se inician en el consumo consciente de alcohol a seguir haciéndose preguntas sobre los factores que motivan su consumo, como los amigos con los que beben más y las situaciones que los tientan a ir al bar.

“Si de verdad quiere tomar una copa de vino, tómesela”, aseveró Warrington.

Pero presta atención a la sensación de beberla. ¿A qué sabe el vino? ¿Por qué se le antojó beber alcohol? ¿Cómo se siente al día siguiente?

“Manténgase consciente”, concluyó.