Ciudades

Comitancillo lucha por no morir de hambre

Más de 76 mil personas residen en Comitancillo, San Marcos, lugar de belleza natural y pintoresco por sus calles de tierra y casas de adobe; sin embargo, el 60 por ciento de la población afronta extrema pobreza y ese es uno de los municipios más afectados por la desnutrición.

Josefa Pérez y el pequeño Urías, de 6 años, quien padece desnutrición, cuidan el pequeño rebaño de ovejas de la familia, en La Libertad, Comitancillo. (Foto Aroldo Marroquín).

Josefa Pérez y el pequeño Urías, de 6 años, quien padece desnutrición, cuidan el pequeño rebaño de ovejas de la familia, en La Libertad, Comitancillo. (Foto Aroldo Marroquín).

El año pasado, en el municipio se reportó la muerte de seis menores de 5 años, de 24 registradas en todo el departamento, según Jorge Echeverría, delegado en San Marcos de la Secretaría de Seguridad Alimentaria (Sesán).

En todo el país fue confirmada la muerte de 146 niños en el 2016, pero Comitancillo fue el que más decesos reporta, con seis casos, y supera a La Tinta, Alta Verapaz, con cuatro; y Conguaco, Jutiapa; El Estor, Izabal; y Concepción Tutuapa, San Marcos, con tres cada uno.

En Comitancillo, donde el 80 por ciento de la población habla mam, los niños son vulnerables a la desnutrición debido a varios factores. Uno de estos es la sequía, que afecta los cultivos, así como el alcoholismo de padres y madres, señaló Echeverría.

“Es un problema cultural y hay familias que rechazan la ayuda. Pero desde la Sesán trabajamos para cambiar el comportamiento alimentario de los vecinos, para evitar más casos de desnutrición infantil”, señaló Echeverría.

En las 82 comunidades de ese municipio, los vecinos se alimentan de manera similar: tamalitos y tortillas de maíz, acompañadas con frijoles y hierbas.

Lucha contra el mal

Pero muchos pobladores de Comitancillo no se quedan de brazos cruzados y buscan alternativas para contrarrestar ese mal.

Muchos padres de familia migran a fincas en Chiapas, México, en busca de trabajo, para ganar dinero que ayude a cubrir los gastos básicos: alimentación, vestuario y salud. Otros siembran frijol y maíz para garantizar la seguridad alimentaria, mientras que las mujeres se dedican al pastoreo de ovejas y a la recolección de la cosecha.

Echeverría añadió que este año se implementarán huertos en hogares, una iniciativa que impulsará la Mesa Técnica contra la Desnutrición.

Elvira Agustín, vecina del caserío El Edén, es responsable de cuidar a sus hijos, Miguel y Anahí. Contó que su esposo trabaja en una finca, en Chiapas, y le envía dinero para comprar alimentos.

Agustín recuerda con dolor a su pequeño Sebastián, quien fue víctima de la desnutrición. “Él era delgadito. Llegó a pesar 12 libras y tenía 18 meses. Aún vivo la tristeza porque la pobreza nos está matando”, exclamó.

La madre criticó que la ayuda que da la Municipalidad la entrega a gente que tiene dinero. “¡Es una injusticia!”, lamentó.

Leonidas Guzmán, quien vive en Tuilelén y es padre de tres niños, dijo que mantiene a su familia con base en trabajos agrícolas; sin embargo, el dinero alcanza solo para comprar maíz.

“Mi hijo Herber tiene 12 años y padece de varias enfermedades. Se ve sanito, pero es todo lo contrario, está desnutrido”, dijo Guzmán, quien este año tiene planificado sembrar maíz y frijol.

Josefa Pérez, de 58 años, vive en La Libertad y manifestó que su pequeño Urías, 6, padece de desnutrición aguda, pues solo es alimentado con tamalitos y tortillas. “Regularmente come un huevo al mes”, expuso.

Llevarán apoyo

Alfonso Reyna, delegado del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) en San Marcos, señaló que con base en un estudio que se efectuó, priorizarán la ayuda para mil 135 familias que viven en pobreza y pobreza extrema, y el número subirá si se agudiza la escasez de alimentos.

“Verificamos quiénes son las personas que están en los programas de ayuda a todo el departamento y nos hemos dado cuenta de que algunas no lo necesitan”, expuso Reyna. “En cambio, en Comitancillo hay un descuido, y eso no puede seguir así”, añadió.

Según reportes del Mides, el año pasado cinco mil 762 familias de ese municipio recibieron ayuda que consiste en Q300.

Basilio García, alcalde de Comitancillo, manifestó que la pobreza es un mal de males de este municipio y coincide con la opinión de que hay padres con alcoholismo que descuidan a su familia.

Luis Morales, delegado de la Procuraduría de los Derechos Humanos de San Marcos, expuso que las autoridades deben prestar atención al problema y las políticas municipales deben estar dirigidas a la búsqueda de mejoras de la vida de los habitantes.

Nehemías Santizo, jefe del Área de Salud en San Marcos, explicó que efectúan jornadas de salud y cuentan con medicamentos para evitar la diarrea, que propicia la desnutrición.

Problema nacional

La desnutrición afecta al 80 por ciento de niños del área rural del país, lo que significa que de cada 10 menores, ocho padecen de este mal, según Unicef.

El Ministerio de Salud reportó que los departamentos con el más alto índice de desnutrición son Alta Verapaz y San Marcos, y que de los 146 infantes que fallecieron en el 2016 en el país por ese flagelo, registró 24 decesos cada uno, seguidos por Huehuetenango, 17; y Escuintla, 10.

Ese ministerio y la Sesán registraron 12 mil 948 casos de desnutrición aguda en todo el país en el 2016, de los cuales, mil 153 pertenecen a San Marcos.

La lucha contra el hambre es una de las 14 promesas del presidente Jimmy Morales en su discurso de toma de posesión, en busca de reducir en 10% los casos de desnutrición crónica en el país, ya que actualmente el 46.5% de niños menores de 5 años padece ese problema, aunque se ha registrado una disminución del 11.4% en los últimos 20 años.

Efectos en Huehue y Alta Verapaz

A Santiago Martín Pérez y a sus tres hijos les dieron las 16 horas sin haber desayunado. Su esposa murió de cáncer y él no cuenta con trabajo. No tiene nada para dar a sus pequeños. Es una de las historias que viven muchas familias en San Andrés Huista, Huehuetenango.

La condición en que viven Pérez y sus hijos los han llevado a padecer de desnutrición, un mal que afecta a gran parte de la población de Huehuetenango. El Ministerio de Salud y la Sesán reportaron que en ese departamento hubo mil 23 casos de desnutrición aguda en el 2016  y que 17 niños murieron por ese flagelo.

Pérez cuenta que para trabajar de jornalero debe caminar tres horas  y recibe entre Q35 y Q50 por día; sin embargo, por la ausencia de su esposa, no puede dejar solos a sus hijos, pues son pequeños.

Francisco Rocael Mateo Morales, delegado del Consejo de Pueblos de Occidente, afirmó que la desnutrición, en lugar de disminuir, se incrementa, lo cual está asociado a las condiciones de pobreza y pobreza extrema en la que viven las familias.

“Se percibe abandono de parte del Estado. La poca ayuda que viene a Huehuetenango es mal empleada, pues hay corrupción y clientelismo en la distribución de la asistencia social”, criticó Mateo.

Agregó que hay varios factores que causan ese problema, como la falta de trabajo, las deportaciones de guatemaltecos de Estados Unidos y el bajo precio del café, entre otros. “Las autoridades deben declarar al departamento en estado de emergencia”, recomendó.

Alta Verapaz también es otro de los departamentos más afectados por la desnutrición. En el 2016 murieron 24 niños menores de 5 años, cuatro de ellos en San Pedro Carchá. 

Por Mike Castillo