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Un mundo sin ejército ¿es posible?

El 1 de diciembre de cada año se celebra en Costa Rica el Día de la Abolición del Ejército. Esta nación centroamericana fue la primera en el mundo en prescindir de las fuerzas armadas, en 1948.

“La abolición del Ejército ha hecho posible que se destinen más recursos públicos al desarrollo del país, especialmente en materia de educación, salud y cultura, ha legitimado la vía electoral como único camino de acceso al poder, y ha impedido la formación de un grupo militar capaz de cobrar autonomía e intervenir directamente en el destino de una nación”, declaró, en una ocasión Óscar Arias, ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz (1987).

Como muchas disposiciones, la de no contar con ejército tiene sus aliados y sus detractores. Sin embargo, muchos países han sabido sobrevivir sin esa institución.

Por ejemplo, los costarricenses llevan más de 60 años sin fuerzas armadas; por eso, cada 1 de diciembre celebran el Día de la Abolición del Ejército, una jornada en la que dirigentes y ciudadanos se sienten orgullosos de ser conocidos en el mundo por ser el primer país que eliminó esa institución, durante el gobierno de José Figueres Ferrer, en 1948, tras una guerra interna, y con el fin de invertir más recursos en obras sociales, salud y educación, lo que causó que esta nación alcanzara un alto desarrollo humano.

Javier del Rey Morató, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, en un artículo para la Fundación Safe Democracy contaba que uno de los aspectos que más le impresionó de este país fue, “a un costado de la catedral, un edificio de dos plantas, almenado. Hasta 1948 fue cuartel. Ahora es un instituto de enseñanza”, y añade que uno de logros de Costa Rica, motivo, en su opinión, de la falta de fuerzas armadas, es que “la tasa de alfabetización es de un 97.5 por ciento, la más alta de Centroamérica”.

Otra de las regiones latinoamericanas que no tienen milicia es Panamá. La abolió en 1990, después de la invasión estadounidense. Ricardo Arias Calderón, ex vicepresidente y autor del libro Democracia sin Ejército. La experiencia de Panamá, contaba en una entrevista que cuando en 1990 el Gobierno se planteaba eliminarlo, tras la invasión de EE. UU., muchos le decían: “No puede haber un Estado sin Ejército, y yo respondía: pero se mueve, como decía Galileo. Se mueve y es Costa Rica, y lo tenemos al lado. Si ellos pueden, nosotros podemos y hemos podido”.

El panameño, además, recalcaba que no hace falta tener fuerzas militares para defender su seguridad, porque, por ejemplo, en un hipotético caso de que la “frontera de Colombia se calentara, nosotros deberíamos estar dispuestos, primero, a pedir observadores internacionales, y luego, si es necesario, Cascos Azules”.

Algunos países firmaron acuerdos con otros para que los defendieran en caso de guerra. Así ocurre en el Principado de Andorra, cuya responsabilidad es de España y Francia, a partir de la firma de un tratado “de buena vecindad, amistad y cooperación”, en 1993.

En Mónaco, el compromiso recae sobre Francia, aunque es destacable que para el territorio nacional hay alrededor de 500 policías que se encargan de proteger a 32 mil habitantes.

El ejemplo de Islandia es curioso, ya que es el único país que pertenece a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, pero no tiene fuerzas armadas. Estados Unidos, con el cual firmó un acuerdo bilateral en 1951, aún vigente, es el que debe responder ante un acto bélico contra este país, a pesar de que abandonó la base militar de Keflavik en el 2006.

Por otra parte, solo una ínfima parte de los 679 policías de Islandia —una unidad de crisis llamada Los Vikingos— lleva armas. Ese país está orgulloso de ser uno de los más seguros del mundo, según varios estudios. Su índice de asesinatos anual es inferior a cinco, y la población carcelaria no alcanza los 120. A pesar de las ventajas que proporciona no tener ejército, aún estamos lejos de que se apueste de forma clara por la paz, como soñó hace décadas el mítico Gandhi.

De hecho, el gasto militar mundial sigue aumentando año con año. Según un reciente informe del Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo, en el 2008 este gasto creció el 4 por ciento y alcanzó la cifra récord de US$1 mil 464 billones, un 45 por ciento más que en 1999. Con tan solo la reducción de este presupuesto, proporcionaría a toda la población amplios beneficios sociales.

Según Economistas por la Paz y la Seguridad, “el gasto militar mundial en un año es mayor que lo que se necesita para cubrir los Objetivos del Desarrollo del Milenio en 11 años. Si se redujera cada año un 10 por ciento del gasto militar mundial, o un 20 por ciento del gasto militar de EE. UU, los Objetivos quedarían totalmente cubiertos”.


Otros Estados

  • En el Caribe existen varias islas sin ejército. En Haití fue disuelto en 1995, por el presidente Jean-Bertrand Aristide, y en la actualidad cuenta con una fuerza de paz de la ONU.
  • Otros países son defendidos por el Sistema de Seguridad Regional, como Granada, que no tiene ejército desde 1983, después de la invasión de EE. UU. Dominica tampoco tiene fuerzas armadas desde 1981, tras un intento de golpe de Estado, así como San Vicente y las Granadinas; San Cristóbal y Nevis y Santa Lucía.
  • La situación es parecida en Oceanía. A Kiribati le proporcionan defensa Nueva Zelanda y Australia. Los Estados Federados de Micronesia, desde 1986, son defendidos por el Ejército de EE. UU. Según acuerdos informales, Nauru es protegido por Australia, mientras que de Samoa se ocupa Nueva Zelanda. En la Constitución de Palau, independiente desde 1994, excepto en el terreno militar, todavía a cargo de EE. UU., se prohíben las armas nucleares. Las Islas Marshall también son defendidas por EE. UU. Tampoco tienen Ejército las Islas Salomón, Vanuatu y Tuvalu.
  • En Europa, además de los señalados, está Liechtenstein, que aunque no tiene una fuerza propia, está muy interesado en la política de seguridad europea; el Vaticano, que es protegido por la Guardia Suiza y la ciudad-estado de San Marino.
  • En el Índico se encuentra también otra nación sin ejército: la República de Mauricio.
  • Se tiene la idea de que Suiza es un país neutro y pacifista; sin embargo, pese a que no ha sido atacado en más de 500 años, tiene uno de los ejércitos más grandes y más caros del mundo.

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