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Bombarderos de EE.UU. hacen llover bombas sobre Kobani

Los estadounidenses lo llaman "hacer Winchester" : lanzar todas las bombas en una sola misión y en Kobani es frecuente que suceda, relataron a la  AFP  pilotos de bombarderos B-1B que participan en los ataques contra el grupo Estado Islámico  (EI) .

La zona este de la detruida ciudad siria de Kobani. (Foto Prensa Libre: AFP)

La zona este de la detruida ciudad siria de Kobani. (Foto Prensa Libre: AFP)

WASHINGTON DC.-  Los intensos bombardeos, inéditos desde la ofensiva estadounidense en Irak en el 2003, ayudaron a las fuerzas kurdas a retomar la ciudad siria fronteriza con Turquía, que en octubre último los yihadistas estuvieron a punto de controlar.

    “Yo hice Winchester tres veces” , dijo a la  AFP   el mayor Brandon Miller, un piloto de 38 años a quien nada similar le había ocurrido en sus anteriores misiones.

Durante sus desplazamientos en cielo de Afganistán, el escuadrón de Miller, el noveno escuadrón de bombarderos, lanzó entre 15 y 20 bombas en seis meses. Pero en Kobane los aviones lanzaron más de 2.000 bombas contra más de 1.700 blancos.

El B-1B “Lancer” , construido en los años 1980 para volar rápidamente y a baja altura en el espacio aéreo soviético, cumple ahora una buena parte de los ataques realizados por la coalición internacional contra el EI en Kobani.

    Al contrario de los caza, este bombardero, un cuatri-reactor dotado de una tripulación de cuatro hombres, y puede permanecer horas esperando un blanco. Puede también transportar alrededor de dos docenas de bombas, de formatos variables.

En 6 meses, el B-1B realizó un 18% de las misiones de bombardeo contra el EI, y representó 43% del tonelaje total de municiones lanzadas en Siria, Irak y Afganistán, señalaron los militares estadounidenses.

    Los hombres del noveno escuadrón de bombarderos llegaron a Oriente Medio en julio recién pasado para cumplir misiones en el cielo afgano que raramente comprendían algún ataque.

Pero una noche de agosto a un B-1B se le pidió que esperara en una pista y el comandante le ordenó que enfilara no hacia Afganistán sino hacia el norte de Irak,para escoltar a aviones que lanzaban desde paracaídas ayuda a los yazidis sitiados por el EI en el Monte Sinjar.

    Y desde octubre los bombarderos comenzaron a partir frecuentemente hacia Kobani para ayudar a los kurdos. Era habitual que permanecieran hasta ocho horas en el aire. Se los reabastecía en vuelo a mitad de recorrido.

    Los blancos eran identificados por los propios tripulantes o por las fuerzas kurdas y los ataques debían ser autorizados por el cuartel general de la fuerzas aérea estadounidense en Catar, un proceso que podía tomar hasta 45 minutos.  

A los bombarderos se les sumaban a menudo dos o más F-15 y F-16, lo que aseguraba “una capacidad aérea en cielo de Kobani prácticamente a lo largo de todo el día” , dijo el teniente coronel Ed Sumangil, comandante del noveno Bomb Squadron.

    Desde el cielo, los pilotos divisaban una verdadera línea de frente en Kobane, “con los buenos de un lado y el EI del otro” , un batalla convencional sin civiles en las cercanías, señala el mayor Miller.

    La línea variaba de un día a otro, a veces de hora en hora, a medida que los kurdos iban avanzando.

Cuando la misión estaba terminando, en enero, el paisaje nocturno había cambiado para los aviadores. “Dos de las colinas estratégicas de Kobani estaban iluminadas” , un “contraste muy llamativo respecto a la oscuridad”  de los meses anteriores”, explica Miller.

La luces comenzaron a volver a la devastada ciudad tras su reconquista por las fuerzas kurdas.

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