Sin embargo, el departamento afronta múltiples necesidades que van desde la pobreza extrema hasta problemas de urbanismo en una cabecera que crece desordenadamente, sin servicios óptimos y donde los atascos aumentan.

Juegos inviables

Debido a las múltiples necesidades que tiene el país, una inversión de esa dimensión no es recomendable ni factible.

Aníbal Martínez, del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipunusac), calificó de contradictoria una inversión millonaria en infraestructura deportiva en relación con los problemas sociales.

“Considerando la debilidad de las finanzas públicas, hacer una inversión significativa para un evento temporal, económicamente y socialmente no es razonable”, aseguró.

El experto agregó que la celebración de esas justas deportivas obedece a necesidades emocionales que los políticos siempre están dispuestos a satisfacer.

“El Estado tendría que asumir un comportamiento como si fuera una familia: ver lo que necesita, distinguir entre lo que es prioridad y las cosas que no son necesarias, y bajo este punto la inversión de tanto dinero en juegos no se ve útil”, añadió.

Legislador cuestiona

El diputado Leonel Lira, de Encuentro por Guatemala, integrante de la Comisión de Deporte, criticó esa inversión: “Entiendo que sería desarrollo para la ciudad el tener áreas deportivas, pero al final de cuentas no creo que sea el momento. Hay que invertir más en temas cotidianos de las ciudades. Con el terremoto vemos que hubo escuelas destruidas, y aún no se terminan, ocho meses después”.

Al legislador también le preocupa la transparencia en ese gasto.

“Los manejos no han sido transparentes, y darles a ellos un cheque en blanco para infraestructura preocupa. El año pasado fiscalicé la participación de la delegación del país en las olimpiadas de Londres, y más de un año después, el Comité Olímpico Guatemalteco no me entrega las copias de los boletos aéreos con que viajó el presidente del COG”, lamentó Lira.

Indicadores sociales

Quetzaltenango tiene una población de unos 800 mil habitantes, de los cuales el 53.73 por ciento vive en condiciones de pobreza, según datos de la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), efectuada en el 2011.

De sus 24 municipios, 15 están incluidos en el plan gubernamental Hambre Cero como priorizados, debido a los elevados niveles de desnutrición en menores de 5 años.

Otro dato que preocupa es que la tasa de escolaridad en el nivel básico es solo del 51.5 por ciento, mientras que para diversificado la cifra se reduce a 34.5 por ciento, según el Informe de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, elaborado en el 2011, mientras que la tasa de alfabetismo es del 80 por ciento.

El informe revela que por cada mil niños nacidos vivos, 19 mueren antes del primer año de vida, y 26 antes de los 5, mientras que la prevalencia de enfermedades respiratorias es del 21 por ciento, y de enfermedades diarreicas, del 14 por ciento.

Urbanismo

Los problemas sociales no son los únicos que agobian a los quetzaltecos, ya que la falta de planificación urbanística mantiene en caos a la ciudad que cada invierno padece de inundaciones por un mal sistema de drenajes. Sumado a ello, los vecinos deben lidiar con desorden vial, calles en mal estado y falta de ordenamiento del comercio informal.

El síndico municipal Carlos Illescas recordó que el alcalde Jorge Barrientos se comprometió a mejorar los servicios en Quetzaltenango. Sin embargo, pese a que se presentó un diseño de mejoramiento urbano, el resto del Concejo no lo quiere aprobar, por diferencias políticas.

Amanda Morán, del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (Ceur) de la Universidad de San Carlos, explicó que presentaron un estudio que reveló que Xelajú crece de manera desordenada. También se detectaron problemas de infraestructura y vulnerabilidad por inundaciones.

“Habría que planificar a muy largo plazo antes de que se realicen esos juegos, para poder hacer una ciudad capaz de recibir a los visitantes”, sugirió.

Se calcula que las justas deportivas atraerían a unas 13 mil personas, según el COG.

Sectores sociales de Quetzaltenango critican el poco avance para la obtención de recursos puesto que, según el plan, el Congreso debería de aprobar para el presupuesto del 2014 los primeros Q438 millones para el inicio de trabajos, pero a la fecha no se tiene certeza de si se contará con esos recursos.