Guatemala

Guardias ilegales triplican a la Policía Nacional Civil

En Guatemala operan 120 mil agentes y guardias de seguridad privada, de los cuales más de 79 mil lo hacen en condiciones precarias, sin preparación ni autorización legal.

La población se ve en riesgos ante la falta de preparación de los agentes y guardias de seguridad privada, quienes desconocen cómo manejar las armas.

La población se ve en riesgos ante la falta de preparación de los agentes y guardias de seguridad privada, quienes desconocen cómo manejar las armas.

La cantidad de guardias privados de seguridad triplica a los agentes de la Policía Nacional Civil —25 mil— que tienen la seguridad ciudadana en sus manos.

El Ministerio de Gobernación registra, al 31 de octubre último, 41 mil agentes de seguridad privada que trabajan en 149 empresas autorizadas.

Rafael Donis, director de Control de Empresas de Seguridad Privada de esa cartera, reconoce que algunas compañías trabajan sin licencia.

Estudios señalan que por cada empresa de seguridad privada autorizada opera una en forma clandestina.

Donis señaló que en lo que va del año han sido consignados a tribunales 80 guardias privados, por diferentes delitos, la mayoría de casos por portación ilegal de armas, ebriedad y escándalo, y lesiones.

Sin preparación

En ocasiones, en oficinas improvisadas, colocan mantas con esos anuncios. Acuden decenas de hombres jóvenes en busca del empleo. Muchos no saben cómo manipular un arma de fuego ni cómo tratar con las personas.

Cuando la empresa está autorizada, los interesados en ser guardias reciben cursos de derechos humanos, legislación y directrices, además de medidas mínimas de seguridad.

Aunque la ley establece que la preparación de un agente debe ser de 18 meses, muchas compañías imparten la inducción desde tres hasta siete días.

Según las autoridades, en temporada de fin de año y durante el descanso de Semana Santa la demanda de los servicios de seguridad privada se incrementa en los comercios, debido a la afluencia de visitantes.

Ilegal

El decreto 52-2010, que regula los servicios de seguridad, establece que tanto la persona que contrata el servicio de una empresa sin autorización como los agentes que trabajan en ella pueden ser sancionados.

En el artículo 66 se lee: “Toda persona que preste servicios de seguridad privada sin la autorización o sin la licencia de operación regulada en la presente Ley, cometerá el delito de prestación ilegal de servicios de seguridad privada y será sancionada con la pena de seis a 12 años de prisión y multa de cien mil quetzales”.

En la misma responsabilidad y sanciones incurrirán quienes, a sabiendas, contraten empresas o personas que no estén autorizadas para prestar esos servicios, reza la Ley.

De acuerdo con el informe Mundial de Armas Ligeras, Guatemala es el país con la mayor desproporción de policías privados y estatales: por cada agente de la Policía Nacional Civil operan seis guardias particulares —en una medición de 70 países, efectuada por el Instituto de Estudios para el Desarrollo, con sede en Suiza—.

Los servicios son solicitados, sobre todo, por el sector empresarial y residencial, debido a la desconfianza al trabajo de las fuerzas de seguridad del Estado.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo cuantifica el gasto en el país por ese rubro en Q4 mil 300 millones anuales, un mercado competitivo que crece por el temor a la delincuencia.

Delitos

El 4 de noviembre último, Mynor Augusto García Santos, guardia de seguridad, recibió su equipo de trabajo. Por error dejó caer el cinturón y el arma se disparó.

La bala hirió en la mandíbula derecha a Ermelindo de Jesús Saquí, compañero de García, quien murió en el hospital.

El 6 de octubre recién pasado, la Policía capturó a Jorge Mauricio Rivera Calanché, 28, agente de seguridad, en la colonia Colinas de Sacoj, Mixco, zona 6.

Rivera fue aprehendido después de que el Ministerio Público allanara una residencia en esa colonia. Las autoridades le encontraron una escopeta 12 y no tenía licencia de portación.

Allan Javier Carballo, 18, jugador del equipo Comunicaciones, murió baleado el 17 de agosto último en el estacionamiento de una gasolinera, en la calzada Roosevelt, Mixco.

Minutos más tarde fue detenido, en el kilómetro 17.5 de la ruta Interamericana, el agente de seguridad de esa gasolinera Édgar Santiago Chun Caal, 35, quien, según testigos, le disparó al joven.

Andrés, quien no quiso dar su apellido, fue víctima de asalto por un guardia de seguridad de un restaurante ubicado en la 6a. avenida de la zona 10, el 6 de marzo del 2010.

“Cuando salí del restaurante y llegué a mi vehículo se acercó el guardia, me apuntó con la pistola y me pidió las llaves de mi carro. El agente actuó en complicidad con otro hombre que estaba con él en el parqueo de atrás del restaurante”, refirió.

Andrés agregó: “El guardia me disparó cerca de los pies, y nadie llegó en mi auxilio. Le di las llaves y los asaltantes huyeron en mi carro y me dejaron sin nada”.

Preparación

Verónica Godoy, de la Instancia de Monitoreo y Apoyo a la Seguridad Pública, refirió: “El tema de guardias de seguridad privada es preocupante, porque la cantidad es gigante. Son personas que están armadas, sin tener la capacitación suficiente”.

“Algunas compañías capacitan a los guardias por tres días, les enseñan cómo cargar y limpiar el arma, y los mandan a los puestos de trabajo”, contó Godoy.

Alba de Trujillo, vocera de la Gremial de Empresas de Seguridad Privada, señaló que “la capacitación que reciben los guardias es de trato a las personas, el uso debido del arma, preparación física y así reaccionar cuando sea necesario”.

Añadió: “En la Gremial velamos porque el guardia salga a trabajar bien capacitado, para que tenga todo claro sobre el trabajo que va a desempeñar”.

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