Guatemala

Región sufre epidemia de criminalidad

La proliferación de armas de fuego, el tráfico de drogas, la desconfianza hacia las fuerzas de seguridad y la corrupción en estas son factores que agravan la epidemia continental de violencia, según el Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014, Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina.

Región sufre epidemia de criminalidad

Región sufre epidemia de criminalidad

El documento expone que la violencia letal es extremadamente alta en la mayoría de las naciones americanas. La tasa de homicidios supera los 10 por cada cien mil habitantes en 11 de 18 países, lo que es calificado como una epidemia por la Organización Mundial de la Salud.

Guatemala se encuentra entre el grupo que encabeza esta situación, porque cuenta con una tasa superior a los 30 homicidios por cada cien mil habitantes, al igual que El Salvador, Honduras, Belice, Venezuela y Colombia.

En contraposición hay otros países que reportan tasas menores a 10 homicidios por cada cien mil habitantes, como Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Uruguay y Costa Rica, aunque países como Nicaragua han provisto información incompleta o parcial.

No obstante, naciones grandes y con avances en industrialización como Brasil, México y Estados Unidos tienen tasas que van de 20 a 30 homicidios por cada cien mil.

Víctimas son jóvenes

El nivel de violencia homicida afecta principalmente a la población joven. De acuerdo con el proyecto Global Burden of Injuries, citado por el Informe, el 35% de homicidios en América Latina fue perpetrado contra personas de entre los 10 y 25 años. En cuanto al género, para el 2011, el 14.37% de las víctimas eran mujeres.

Con arma de fuego

Guatemala tiene el primer lugar en el porcentaje de homicidios cometidos con arma de fuego, de las 18 naciones de América evaluadas, con un 84 por ciento, seguido de Honduras —83.4%—, Venezuela —79.5%— y El Salvador —76.9%—.

Según el documento, hacia el 2010, el promedio de crímenes superaba los cinco mil con arma de fuego.

“Hay un debate abierto sobre la relación entre la tasa de criminalidad, los niveles de violencia y la posesión de armas de fuego. La discusión ha girado en torno a dos perspectivas: las armas como instrumento de disuasión y las armas como facilitadoras de la violencia y el crimen. De acuerdo con esa segunda perspectiva, el fácil acceso a las armas puede transformar conflictos y actos delictivos en episodios letales”, se lee en el informe.

Entre un tercio y la mitad de todos los robos en el continente americano se perpetran con arma de fuego. En Guatemala, el 40.7% de las víctimas de robo con violencia fueron intimidadas con pistola o arma similar. En ese sentido, el país solo se encuentra por debajo de Venezuela, que registra el 50%.

Asaltos

Cerca del 80% de los latinoamericanos declararon haber sido víctimas de algún tipo de robo, ya sea con o sin violencia, detalla el Informe.

Respecto del primer grupo, Guatemala ocupa el tercer puesto de América Latina, ya que el 55.91% de las víctimas denunciaron violencia, mientras que solo un 27.16% indicó que no existió agresión cuando fueron despojados de sus pertenencias. Un 16.93% denunció otro tipo de delitos. El país se encuentra solo por debajo de Honduras y Venezuela, con porcentajes del 66.68 y 64.83, respectivamente.

Corrupción

Uno de los factores que más deteriora la confianza de los ciudadanos en las instituciones de seguridad es cuando policías o funcionarios piden sobornos a cambio de sus servicios. Guatemala se sitúa en el tercer lugar del continente, ya que 18 de cada cien encuestados en el 2012 dijeron haber sido víctimas de exacciones por parte de policías.

En México y Bolivia, la cifra fue del 20%.

Además, la falta de certeza del castigo mediante procesos legales lleva a prácticas ilícitas como la limpieza social y la justicia por mano propia. En Guatemala, el 29.5% de encuestados aprueba tal práctica; en Honduras, es el 37%.

En voz de expertos

A Mario Ávalos, director ejecutivo del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala, no le sorprenden los datos del informe. “En el país se le da más importancia al enfoque de inseguridad que al de prevención por medio de temas vinculados con políticas sociales como educación, salud, trabajo y recreación”, afirmó.

Aseguró que mucha de la violencia en el país es ocasionada por omisión, debido a que las fuerzas de seguridad no actúan.

Verónica Godoy, directora de la Instancia de Monitoreo y Apoyo a la Seguridad Pública, dijo que los datos son el justo reflejo de que en Guatemala “existe un problema social. Hay que tomar en cuenta que no todo tiene una respuesta policial ni operativa, deben atenderse temas sociales como la falta de empleo, de salud, problemas estructurales que en el país no se han resuelto”.

Indicó que otro fenómeno latente es que los victimarios también son jóvenes y que cada vez actúan con más brutalidad. “A estos factores se suma el hecho de que los guatemaltecos no creen en el sistema de justicia, porque no es capaz de prevenir ni de resolver”, puntualizó.

Al final ello tiene un costo nacional de reducción del producto interno bruto, pérdida que en el informe se calcula en US$70 por cada habitante guatemalteco.

El fracaso de la “mano dura”

“Las políticas de mano dura adoptadas en la región han fracasado en su objetivo de disminuir los niveles de violencia y delitos. También han tenido un impacto negativo y profundo en la convivencia democrática y en el respeto a los derechos humanos, que están en la base del desarrollo”, se lee en el  Informe Regional de Desarrollo Humano    Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina.

Sin embargo,  en América existe un apoyo abrumador hacia la adopción de medidas punitivas más duras frente a la criminalidad. El 87% de los latinoamericanos indicaron estar muy de acuerdo o algo de acuerdo con este tipo de medidas.

En Guatemala, el porcentaje de personas que aprueban totalmente las políticas de mano dura supera el 50%. Cerca de uno de cada tres latinos  acepta que la Policía viole la ley para detener a los criminales. “Cerca de una de cada tres personas apoya la violación del Estado de Derecho (…)”.

Persiste práctica de la “mordida”

Según una encuesta elaborada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en América,  en el 2012, el 18% de los guatemaltecos respondió que sí a la pregunta “¿Algún agente de la Policía le pidió una mordida o soborno en los últimos 12 meses?”.

El  4.5%  de los consultados dijo que empleados públicos les habían pedido  soborno.

En la misma encuesta también se  preguntó  “¿Cree que, como están  las cosas, a veces se justifica pagar una mordida o soborno?”.  El 4.8% de los consultados respondieron de  manera positiva.

Los resultados de la encuesta reflejan que a mayores índices delincuenciales mayores tasas de corrupción.

Percepción de inseguridad

El  50% de los latinoamericanos  aseguran sentirse inseguros cuando caminan solos por la noche, según un muestreo en 10 de los 18 países de América Latina, citado en el Informe Regional de Desarrollo Humano enfocado en seguridad ciudadana. 

“La percepción de temor está relacionada con múltiples factores que incluyen la cobertura noticiosa del delito, los relatos ciudadanos y la falta de confianza interpersonal y en las instituciones”, refiere el documento. 

De acuerdo con  la encuesta, tres   de cada 10 ciudadanos latinoamericanos afirman sentirse inseguros en su barrio y cinco  de cada 10  perciben que la seguridad de su país se ha deteriorado. Guatemala no era parte  de los países muestreados por el PNUD.

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